Tucumán, Argentina. Un nuevo caso de acoso
escolar que casi termina en una tragedia sucedió el viernes, en la escuela N°
230 de Simoca. Cansado del hostigamiento, un alumno de 15 años consiguió un
revólver e hirió a un compañero, de 16. La bala rebotó en la pared e impactó en
la frente del muchacho, con tan buena fortuna que quedó alojada entre la piel y
el cráneo. El hecho se suma a otros que ocurrieron en ese y en otros
establecimientos. Según testimonios de los compañeros, el agresor estaba harto
de las burlas de la que era objeto.
Un padre le comentó a nuestro diario que por la discriminación
tuvo que cambiar a su hija de turno. Una madre señaló que es necesario en forma
urgente un debate entre padres y docentes para tratar estos episodios de
violencia. Una especialista en este tema dijo que el fenómeno del bullying
(acoso en la escuelas) existe desde hace muchos años, pero en los últimos
tiempos se agravó porque se utilizan armas. "Ahora a los chicos no les
alcanza con el lenguaje o con poner el cuerpo para frenar el sentirse
perseguidos. Recurren a un palo, a un arma, a una botella o al 'te esperamos 10
en la esquina...' Hay una cuestión que tendría que estar en la mesa de
discusión ministerial: que haya personas especializadas, que estén al tanto de
los problemas de convivencia, y que posean autorización para revisar las
mochilas de los alumnos", aseveró la docente.
Hace unos semanas, el titular de la Asociación Tucumana de
Educadores Provinciales dijo que los docentes están preparados para atender
algunas cuestiones de mala conducta, pero hay situaciones que los desbordan.
Solicitaron a las autoridades que en las escuelas haya jornadas dictadas por
especialistas, que puedan darles a los docentes herramientas necesarias para
poder controlar y abordar una situación de acoso escolar.
Recientemente, la Universidad Católica Argentina divulgó un
informe que indica que uno de cada cuatro alumnos de entre 10 y 18 años le teme
a alguno de sus compañeros. El 46% padece violencia indirecta a veces, y el
11%, mucho y de modo constante. En el secundario, el acoso es indirecto:
murmuraciones, amenazas, robos, insultos, rechazo social y aislamiento. El 32%
dijo sufrir a veces agresiones físicas y el 62% violencia verbal. El
relevamiento señaló que maestros y padres son los últimos en enterarse del problema
y que el 57% de los niños se calla y del resto, el 70% le cuenta a sus amigos,
luego a los padres y finalmente, al docente.
Ante estos casos, no solo hay que brindar asistencia a la
víctima, sino también al victimario y a todos los involucrados. Si un chico
recurre a un arma para defenderse del acoso, estamos frente a una realidad
grave, que tiene que ver posiblemente con problemas de comunicación en la casa
y con los docentes. También influye el deterioro de la imagen y la autoridad
que ha sufrido en los últimos años el educador, hasta el punto que suele ser
víctima de agresiones de alumnos y de sus progenitores.
La mediación escolar podría ser útil para abordar los casos de
violencia, como también integrar a los padres el hecho educativo y brindarles
un rol participativo. Tal vez se debería efectuar en forma constante jornadas
de reflexión en el seno de la comunidad educativa sobre el acoso y otros
asuntos. Minimizar u ocultar esta problemática contribuye a empeorarla. y se
corre el riesgo de que la violencia siga enfermando a nuestros jóvenes.
La gaceta.com.ar. 30/10/13
http://www.lagaceta.com.ar/nota/562121/opinion/mediacion-para-conjurar-acoso-escolar.html
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