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1623. El faro en la tormenta

Como si de una iniciación se tratase, dos justiciables y un experto en el “rito”, se reúnen en un lugar y a una hora determinada para llevar a cabo una ceremonia, una búsqueda, una transformación.
El sitio de reunión no es cualquiera, en él, predominan los colores neutros, claros y blancos.
Se propicia una atmosfera que invita a la reflexión, a la pacificación, al encuentro consigo mismo y con los demás.
En medio de la mesa circular que los divide, un tercero fungirá como el fiel de una balanza que no se inclinará hacía ninguna de las partes.
Si observáramos desde las alturas, apreciaríamos una sala (que regularmente es cuadrada), una triada de personas formando un triángulo y en medio de ellos, una mesa en forma de círculo.
Estamos ante la búsqueda de la verdad, de la justicia, de la luz para percibir algo que no es evidente. Estamos ante un encuentro mágico, el proceso de Mediación.
El acto es iniciado por quien se encuentra en medio y llevará el control del procedimiento.
Pronuncia un discurso en el que se informa a las partes del viaje que realizarán, marcando pautas que invocan a la cordialidad y honran a la tolerancia en busca de la verdad, a la luz de la razón.
Los justiciables expresan dos verdades sobre un mismo asunto, como si fueran dimensiones distintas, como si fueran anversos de una misma moneda
Cada parte, segura de su experiencia, de lo que vivió y experimentó, nos describen un tránsito duro, como el de un buque que no ha llegado a buen puerto, por motivo de mal tiempo.
La oscuridad era amenazante, como el incierto destino. No había luz tan potente que pudiera penetrarla, ni capitán tan experto que pudiera anticipar lo que venía.
Todo era negro como si estuviéramos en un gran vacío. Como cuando un velo nos cubre los ojos.
El viento aullaba, mientras el cielo parecía arder con el destello de los rayos. Entonces, dos grandes tormentas chocan en el campo del radar circular.
Son fuerzas aparentemente opuestas, como el invierno y el verano, el derecho y el izquierdo, el arriba y abajo. Pero toda esa danza es llevada de la mano del fiel de la balanza, emulando al  director de una orquesta sinfónica.
Sus palabras son suaves pero decididas, son firmes y coherentes. Su actuar es preciso y calculado. Es así como el Mediador se hace presente.
Se convierte en un faro que muestra luz a los navíos perdidos en medio de la tormenta. Entienden que no están solos. En la oscuridad, el faro Ilumina como una esperanza.
La nueva narrativa se convierte en la llave maestra que abre nuevas puertas, incluso algunas que desconocíamos.
Recorremos habitaciones en las que nunca habíamos estado, exploramos posibilidades que ni siquiera podíamos sospechar.
El Mediador es un descubridor que guía a los justiciables hacia nuevos continentes, pero son las partes quienes navegan hacia ese puerto.
Es un camino que solo ellos pueden y deben recorrer.
La tierra nueva estará llena de sorpresas, les esperan cosas que jamás habían visto, oído o probado.
Les hará entender la vida de una manera diferente.
Mediante sus propias propuestas, los justiciables han encontrado un continente que no era del que partieron. Es algo no conocido, como un elemento nuevo de la tabla periódica.
¿Qué Magia es esta que les ha dado vida nueva?
Una en la que no se sienten amenazados por la existencia del otro.
En la que pueden ser compatibles y beneficiarse del trabajo en conjunto.
¿Qué alquimia es esta que ha vuelto la piedra en oro?
¿Es locura? ¿Es ciencia?
¿O Acaso la piedra sigue siendo y sólo notan un distinto brillo?
¿O realmente siempre fue oro y no lograron percibirlo?
Las palabras pronunciadas derribaron muros, construyeron puentes, levantaron pastos donde había desiertos.
Abrieron mares, haciendo un camino que las partes pueden andarlo juntos.
Como si de un universo nuevo se tratase, nace un acuerdo. Es una nueva realidad que se seguirá expandiendo, si ellos así lo quieren y en la que podrán explorar nuevos horizontes.
La revelación se ha dado. La transformación ha concluido.
El Mediador ha propiciado equilibrio. El fiel marca la armonía de las cosas.
Las partes han encontrado la verdad que buscaban. La venda ha sido retirada de sus ojos.
Abandonan el lugar habiendo develado el misterio.
La perspectiva de los involucrados nunca será la misma.
Y cada que enfrenten una nueva tormenta, recordarán el camino que la luz de aquel faro les mostró para llegar a buen puerto.
José Benito Pérez Sauceda. Doctor en Derecho. Creador-Coordinador de los sitios: “Mediación Monterrey” y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey". josebenitoperezsauceda@hotmail.com

1619. El llamado

Esta sería una misiva personal para felicitar a Franco Conforti por su reconocimiento ganado con uno de sus muchos artículos de gran calidad sobre Mediación. Sin embargo, tomando en cuenta que Franco ha realizado muchas opiniones en Mediación Monterrey, pensamos que sería bueno hacer pública la felicitación. Posteriormente, recordamos los muchos otros artículos (también de gran categoría) que Javier Áles ha destinado a nuestro sitio y creímos que los elogios debían ser para los dos.
Ambas personalidades, cada uno con su estilo y desde sus espacios han sido incansables promotores y hacedores de Mediación.
Pero luego pensamos en las muchas otras personas que sin tener la trayectoria de los expertos citados, también hacen su esfuerzo por abrir brecha a la Mediación pero jamás han sido reconocidos o mencionados. Por ello, concluimos que esta carta debía ser una especie de felicitación a todos aquellos que han trabajado por el diálogo en la resolución de conflictos.
Como todo promotor de la Mediación, Franco decidió ser uno de los hombres que abre camino mientras corta las ramas de la selva espesa, para que los demás puedan tener un sendero que andar. El camino es la Mediación, la selva es la Cultura en la que vivimos. El recibe los golpes, las cortadas, los rasguños en su labor de hacer camino nuevo.
Franco Conforti piensa, vive, escribe, fomenta, investiga e invierte en Mediación. El arriesga su dinero por abrir áreas para que se desarrolle, por tener nuevos acervos de literatura sobre el tema.
¿Qué necesidad tiene Franco de arriesgarse y recibir los golpes de una cultura acostumbrada al litigio?, ¿Por qué gastar su tiempo, su patrimonio, sus sueños y su empeño en abrir mentes a los paradigmas de la Mediación?
Con diferencias de estilos, el sacrificarlo todo por esta idea es una constante en los divulgadores sinceros y honestos de la Mediación
Soy un convencido de que las personas tan solo somos medios por los cuales se manifiestan ideas, palabras, deseos y necesidades. Somos herramientas que construyen una obra, que no es nuestra. Seguimos designios, llamados, que hacen latir nuestros corazones por lo que creemos.
Es un poder que nos despierta en la madrugada para hacer lo que tenemos que hacer, es una interrogante que se siembra en lo más profundo de la mente, que nos hace trabajar y trabajar hasta encontrar la respuesta. Una que quería y debía ser hallada. Realizada la obra, termina la ansiedad y llega la calma.
Por eso las personas como Franco y Javier no desfallecen. Hay una fuerza muy grande, tan grande como ellos mismos, que los hace seguir, que no les permite abandonar, que los impulsa a continuar aunque todo parezca perdido. Simplemente cumplimos con un mandato interno. Nos sentimos satisfechos con el trabajo Mediador. Sentimos alegría, paz, gozo y lo defendemos de charlatanes y farsantes como si de nuestro prestigio se tratara.
Desgraciadamente, no puedo decirles que contemplaremos el día en que la Mediación sea el medio de solución de conflictos. Lo que sí puedo decirles, es que ese momento llegará por los muchos beneficios que representa. ¿Cuándo? No se los tiempos. Ese misterio le corresponde al autor de la obra. Nosotros solo somos medios para que se manifieste.
Mientras eso pasa, gente como Franco, Javier y muchos otros, seguirán labrando ese camino por más dificultades que presenten. Seguirán luchando la batalla aunque tengan todas las posibilidades en contra. Hay un vigor, una nobleza que los impele, un fuego que los devoraría sino lo atienden.
Ese llamado es el mismo que me hace tener que escribir estas palabras y publicarlas, para que el mensaje se esparza, sea leído por quien deba y asimilado por quien corresponda.
Por eso debía ser público. Por la esperanza que prenderá en aquellos que luchan y sabrán que no están solos. Por la inquietud que nacerá en quienes deban recorrer ese sendero que Franco está abriendo y llegado el momento, seguirán su labor. Un trabajo que me sobrevivirá a mí y a todos mis semejantes. Un mensaje que se manifiesta en nuestros pensamientos, acciones y palabras. Pero ese mensaje no es nuestro, tan solo somos medios.
José Benito Pérez Sauceda. Doctor en Derecho. Maestro en Ciencias con especialidad en Métodos Alternos de Solución de Controversias y Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL. Actualmente Catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología en MASC de la misma institución educativa. También se ha desempeñado como Profesor de Negociación en la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública y de MASC en la Facultad de Ciencias Químicas de la UANL. Autor de libro, artículos jurídico-científicos y creador e impartidor de cursos y diplomados en Negociación, Mediación y Cultura de Paz. Conferencista a nivel nacional e internacional sobre MASC y Cultura de Paz. Creador-Coordinador de los sitios: “Mediación Monterrey” y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey".
josebenitoperezsauceda@hotmail.com

1615. El orden del caos

En 1973, Morton Deutsch publica su clasificación de los procesos de resolución de conflictos en destructivos y constructivos. En los primeros caben aquellos sistemas para solucionar disputas donde la relación entre las partes enfrentadas se deteriora cada vez más con el desarrollo del proceso. Reinan las emociones negativas antes, durante y después del conflicto. Aunque se logre una conclusión judicial, el daño a las personas está ahí, vivo, latente y creciente. Pueden ser procedimientos enfermizos, donde las partes busquen más perjudicarse entre sí, que encontrar la verdad o una respuesta.
Dentro de dichos destructivos tratamientos, Deutsch menciona al litigio y también cabrían allí algunos métodos alternos de solución de conflictos, como el arbitraje.
La cordialidad y honorabilidad de las reglas no quitan que el juicio sea un conflicto donde se busca un vencedor y por lo tanto, vencidos. A nadie le gusta perder, lo peor del caso es que dichos procesos, muchas veces todos los participantes salen insatisfechos con lo obtenido.
El litigio es una batalla reglamentada que busca un triunfador, un resultado, una verdad conforme a las reglas establecidas. No necesariamente busca una franqueza, lo que sucedió en sí, sino una “certeza” conforme al entramado jurídico. Para hacer valer su “verdad”, algunas partes pueden requerir elementos que vayan en contra de la sinceridad para ganar la partida.
En Nuevo León acabamos de vivir un contienda electoral inédita por lo brusco de su acontecer. Fue cosa de todos los días cuando audios de conversaciones privadas entre personajes políticos, sus familiares o amigos fueron subidas a las redes sociales, con el objetivo de causar un daño, poco importaba el bienestar emocional de los involucrados. Se asaltaron casas de campaña. La prensa denunciaba casi a diario presuntos actos de corrupción desde el más alto nivel de gobierno de la entidad y las autoridades de procuración de justicia se negaron a realizar una verdadera investigación, aun cuando en algunos casos, se presentaron importantes documentos. Cada medio de información dio diferente difusión a los candidatos. Las televisoras reprodujeron resultados de “encuestas” que ponían a una candidata por encima de sus competidores y el día de la votación la conclusión fue muy distinta. Los estudios fueron muy errados o falsos y nadie ha sido llamado a rendir cuentas por engañar a la población. Asociaciones de abogados fueron descubiertas tratando de realizar engaños “legaloides” para favorecer de manera incorrecta a sus apoyados (así es, los supuestos escuderos del derecho intentaban  usar las leyes para marrullerías, cuando no establecían estrategias para romperlas). La participación, colusión y silencio antes, durante y después, de los “honorables” colegios de abogados en un entramado de ilegalidades, da evidencia lo separado que están algunos juristas de la verdad y la búsqueda del bien común. Los políticos abandonaban la política, los juristas renegaban de la justicia y las televisoras de informar con veracidad.
Los señalamientos, descalificativos y falsedades fueron cosa de todos los días….sin consecuencia alguna. Las autoridades electorales y de gobernación han declarado que todo se llevó con “normalidad” y apego a derecho.
Quienes detentan el poder nos están diciendo que es normal mentir, robar, dañar, engañar, entre un largo etcétera.
Podemos concluir entonces, que la “normalidad” mexicana es aterrorizante.
¿Realmente nos es tan difícil entender por qué pasó lo de Ayotzinapa y tantos otros casos similares en nuestro país?
La “normalidad” mexicana es todo menos normal. Las campañas electorales son un ejemplo de lo destructivo que son los procesos de resolución de conflictos legalmente reglamentados pero que no fomentan valores, ni virtudes sino que sacan del ser humano lo peor y más profundo. La ley alejada del bien. Es legal pero no es bueno.
La “normalidad” mexicana es insana. El colmo es que existen organizaciones que buscan establecer un monumento a la cultura de la legalidad en nuestro estado. Tenemos una legalidad insana, maleable, que no es digna de ser premiada, al contrario, debe ser corregida.
Cerrar los ojos, pensando que somos legales por decreto o por tener monumentos, peca de ingenuo.
Necesitamos legalidad basada en valores, principios y virtudes y en procesos de resolución de conflictos que los fomenten, no que los destruyan.
Después de esta vista del lado oscuro social sería realmente dañino olvidarlo. Si seguimos así, los desfalcos al erario público y los casos como el casino royale estarán más cerca de volver a suceder.
Morton Deutsch alejándose de lo que es o no legal, nos dice lo que es bueno, lo que es saludable. Dentro de los sistemas constructivos, saludables, deseables de resolución de conflictos, el psicólogo social Deutsch señala a la Mediación.
La Mediación reconstruye el tejido social, sana a las personas y sus vínculos, invoca el bien dentro de los seres.
La Mediación requiere un cambio de paradigma aún en los mismos abogados, muchos de los cuales dicen abogar por dicho mecanismo alterno (pero también por el arbitraje y el litigio). Cada forma de solución de problemas tiene su “chip” mental. Por eso defendemos la independencia de la Mediación de los demás Métodos Alternos, con más razón del Litigio. Si los mismos abogados que callaron o participaron para generar condiciones de fraude, doblando la ley en su beneficio, son los que defienden la Mediación… que dios nos agarre confesados!, así la Mediación habrá de fracasar.
Después de lo que vivimos es urgente establecer la Mediación como sistema primario de solución de disputas, antes de que nuestras formas ordinarias y apegadas a derecho de solución de controversias nos enfermen más de lo que ya estamos.
José Benito Pérez Sauceda. Doctor en Derecho. Maestro en Ciencias con especialidad en Métodos Alternos de Solución de Controversias y Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL. Actualmente Catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología en MASC de la misma institución educativa. También se ha desempeñado como Profesor de Negociación en la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública y de MASC en la Facultad de Ciencias Químicas de la UANL. Autor de libro, artículos jurídico-científicos y creador e impartidor de cursos y diplomados en Negociación, Mediación y Cultura de Paz. Conferencista a nivel nacional e internacional sobre MASC y Cultura de Paz. Creador-Coordinador de los sitios: “Mediación Monterrey” y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey".
josebenitoperezsauceda@hotmail.com

1230. Por un Plan Estatal de Mediación


El Justo Medio: Mediación para la Paz
Por un Plan Estatal de Mediación
José Benito Pérez Sauceda
Durante la pasada Semana de la Mediación, en Octubre pasado, la Magistrada Presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Graciela Buchanan declaró su intención de presentar una iniciativa de Ley que propone la aplicación de la Mediación como requisito de procedimiento previo a juicio. La medida se aplica con éxito en distintos países. Las naciones que aplican la Mediación obligatoria registran una mayor aprobación por parte de la población a dicho método alterno que aquellas donde su aplicación es voluntaria.
Sin embargo, la Presidenta Magistrada también declaró que la iniciativa todavía no podía ser presentada al Legislativo pues la falta actual de suficientes Mediadores provocaría la saturación del Centro Estatal de Métodos Alternos para la Solución de Conflictos.
El anuncio de Buchanan es un sincero reflejo de la situación de la Mediación en la entidad. Aunque la presidenta del Tribunal Superior está reforzando con acciones inéditas la bandera de la Mediación en Nuevo León, también acepta que todavía no tenemos los suficientes vientos para hacerla ondear.
El mencionado proyecto de Ley tiene tiempo trabajándose. Su servidor tuvo el honor de ser invitado a las diversas mesas de análisis para su elaboración.
Hasta donde tuvimos información el proyecto establecía una “vacatio legis” de 2 años con el propósito de generar el material humano suficiente y adecuado para poner en marcha tan importante y loable labor.
Las declaraciones hechas por la Magistrada Buchanan muestran el deseo del Poder Judicial de no cometer errores a la hora de implementar el nuevo modelo de Justicia, pero también podrían resultar preocupantes ya que una vez más, un gran avance para la Mediación en nuestro estado tiene que ser aplazado.
El suceso nos confirma la necesidad de un Plan Estatal de Mediación en el cual la autoridad se comprometa con plazos y términos, hacia dónde, cuándo y cómo será implementada la Mediación obligatoria en Nuevo León.
Seguir sin un plan, programa o política clara, dejando la cuestión al criterio de los poderes judicial y ejecutivo en turno, perjudica a la Mediación y respalda los señalamientos de diversas ONG´s sobre que el el estado de Nuevo León, otrora pionero de la reforma de seguridad y justicia, ya no lo es más debido a este tipo de incidentes.
Si bien la aplicación de la Mediación Obligatoria será un nuevo paradigma a nivel nacional, también resulta sorprendente que a pesar de  que Nuevo León cuenta con Escuelas de Mediación pioneras a nivel América Latina, éstas no hayan podido establecer los enlaces necesarios para promover que sus egresados se conviertan en la práctica en verdaderos mediadores, volviéndose así en fabricas de desempleados o de personal que se destinará a otros puestos de trabajo.
¿Qué ha sido de todas estas generaciones?, ¿En dónde han terminado sus egresados?
También es imposible pasar por alto la responsabilidad del Poder Judicial que no ha hecho atractiva la certificación para Mediadores y Centros Privados de Mediación, quienes obtienen pocos beneficios de la misma pero si muchas obligaciones, lo cual podría explicar en parte esta escases.
Pareciera que las Escuelas Públicas de Mediación, los Centros de Mediación privada, las Asociaciones de Mediadores y demás involucrados no estuvieran trabajando con una agenda conjunta y coherente, que haga voltear a la autoridad para alcanzar esta obvia conclusión, la necesidad de un Plan Estatal de Mediación, que sirva de eje toral para la implementación de la misma, hecho que ha dado resultados en otros países.
La aparente falta de rumbo, coordinación o coherencia en los esfuerzos por la Mediación parece ser un problema de fondo que influye en los hechos.
El gremio Mediador y la sociedad en general deben impulsar propuestas para evitar que dentro de 3, 5 o 10 años estemos todavía en espera de un sistema de Mediación público y privado que llegue a todos los sectores de la sociedad.
La falta de lineamientos perjudica no sólo a quienes se dedican a la Mediación, que ven como no crece su fuente de trabajo, sino principalmente perjudica a toda la sociedad, que no tendrá a la mano una mejor Justicia enfocada en el diálogo, el acuerdo y la obtención de una real paz positiva.
José Benito Pérez Sauceda. Doctor en Derecho. Maestro en Ciencias con especialidad en Métodos Alternos de Solución de Controversias y Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL. Actualmente Catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología y de la Facultad de Ciencias Químicas de la UANL en MASC, también se ha desempañado como Profesor de Negociación en la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la misma institución educativa. Autor de diversos artículos jurídico-científicos. Creador e impartidor de cursos y diplomados en Negociación, Mediación y Cultura de Paz. Conferencista a nivel nacional e internacional sobre MASC y Cultura de Paz. Creador-Coordinador de los sitios: “Mediación Monterrey” y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey".
José Benito Pérez Sauceda. El Norte. Local. 21/01/13 p. 6.
http://www.elnorte.com/

1064. Para muestra…un botón

El Justo Medio: Mediación para la Paz
Para muestra…un botón
José Benito Pérez Sauceda
El pasado 9 de marzo se celebró en el municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, el día de la Mediación 2012. El Centro de Mediación del citado municipio es el primer antecedente de su tipo en todo México. Sin lugar a dudas, el esfuerzo de todos quienes trabajan y han trabajado ahí es loable y admirable, digno de reconocerse. San Pedro Garza García, es probablemente el municipio donde más se conoce la Mediación, donde más se promueve y culturiza a la sociedad de sus beneficios.
Reconocido y exaltado lo anterior, nos referiremos a un pequeño “detalle” que nos llama la atención. Como parte de la celebración se elaboraron botones para recordar y difundir el evento. El “detalle” consiste en que, por lo menos algunos botones decían: “Día de la MEDICIÓN Municipal”, lo cual podría considerarse un error ortográfico sin importancia o, por el contrario, nos exponen la situación de que donde se mandaron hacer estos botones o quienes los realizaron, probablemente no sabían qué es la Mediación y pensando que la palabra era equivocada, la cambiaron.
Quisiera que consideráramos la segunda opción, es decir, que ya sea por error de una maquina o de alguien que pensaba que lo correcto era “Medición”, nos encontramos ante la evidencia de que en pleno evento a favor de la difusión y culturización de la Mediación tenemos pruebas de que aún nos falta mucho trabajo por realizar en la materia.
Si existiera el “Día del Juicio”, estamos seguros que la palabra no hubiera podido ser sustituida por otra, pues en su gran mayoría la población sabe qué es el litigio judicial.
Se han elaborado muchos esfuerzos para fomentar y difundir la Mediación, los sitios de Mediación Monterrey son un intento, los eventos elaborados por el Centro Estatal de Métodos Alternos para la Solución de Conflictos como la Semana de la Mediación y las Jornadas de Paz (donde hemos tenido el honor de ser invitados), Congresos y mesas de Trabajo en la Universidades (como en la UANL, donde también trabajamos), las Conferencias del Colegio de Mediadores de Nuevo León y el Día Municipal de la Mediación de San Pedro Garza García son algunos “botones” de muestra, pero al final de cuentas viene a preocuparme más el botón, que dice “Día de la Medición”.
Podemos parecer exagerados, podríamos pensar que estas cosas “suceden” o podemos salir de esa simple posición y aprovechar la experiencia para redoblar nuestros trabajos por la Mediación, podemos aprovechar esta área de oportunidad para concluir lo obvio, que el trabajo está lejos de terminarse, que a pesar de lo realizado tenemos que hacer más, debemos hacer más.
Si queremos que la Mediación Privada sea realmente un negocio (como lo establecía en la entrada anterior el Mtro. Miquel Tort), es vital que todas las personas en Nuevo León, tanto físicas como morales sepan claramente qué es la Mediación. Recordemos que la Mediación según la Constitución del Estado de Nuevo León es un Derecho de los ciudadanos que no se puede ejercer si la gente confunde la Mediación con la Medición. No podremos hacer de la Mediación privada una actividad lucrativa si los justiciables desconocen su existencia. Podemos tomar esta observación como una exageración sin sentido o podemos aprovecharla para trabajar todavía más para difundir la Mediación, al final de cuentas los principales perjudicados de ese desconocimiento además de la sociedad en su conjunto, somos en específico, los Mediadores.
¿Hasta dónde debemos trabajar para fomentar la Mediación? Hasta que no exista una sola persona sin conocer la Mediación. Hasta que todo nuevoleonés reconozca en la Mediación la mejor forma de Justicia, la verdadera Justicia, la única posible, deseable y saludable que nos puede llevar a la Paz Positiva, cualquier otra meta, atentaría contra la vocación de Mediadores que aseguramos tener. De antemano saben que una actividad seria en el renglón, contará con nuestro apoyo.
José Benito Pérez Sauceda. Doctor en Derecho. Maestro en Ciencias con especialidad en Métodos Alternos de Solución de Controversias y Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL. Actualmente Catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología y de la Facultad de Ciencias Químicas de la UANL en MASC, también se ha desempañado como Profesor de Negociación en la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la misma institución educativa. Autor de diversos artículos jurídico-científicos. Creador e impartidor de cursos y diplomados en Negociación, Mediación y Cultura de Paz. Conferencista a nivel nacional e internacional sobre MASC y Cultura de Paz. Creador-Coordinador de los sitios: “Mediación Monterrey” y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey".

1042. Sed de Justicia

El Justo Medio: Mediación para la Paz
Sed de Justicia
José Benito Pérez Sauceda

“Yo veo un México con hambre y sed de Justicia, un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían servirla”.
- Luis Donaldo Colosio Murrieta
Ex candidato a la presidencia de México, asesinado el 23 de marzo de 1994

Con su discurso de toma de protesta como candidato a la presidencia, Luis Donaldo Colosio parecía querer desligarse de las elites del poder reinantes durante el sexenio del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Nunca sabremos si hubiera respaldado su dicho con acciones de llegar a gobernar, lo cierto es que el político transmitía un mensaje sobre un país que no podía seguir manteniendo el estado de las cosas, si es que realmente aspiraba a un estado de verdadera Justicia y Paz positiva. De ser congruente, Colosio hubiera sido la muestra de que en todos los partidos y en todos los regímenes por más obscuros que sean existe gente honesta, que sabe distinguir lo que es el bien del mal y que dentro de su esfera de acción lucha por que la verdad se imponga. En mi experiencia puedo decir que es así.
Colosio no temió a decir lo que debía decirse, no dudó en marcar un cambio con su “padre político”, aunque esto, a final de cuentas le costara la vida.
Es cierto, las palabras de Colosio no se hicieron realidad, el ideal no pudo llevarse a la práctica, pero la memoria del político de Sonora es respetada por todos los partidos y miembros de la sociedad mexicana. Colosio se gano un respeto y admiración que probablemente no tiene ningún ex presidente reciente de México. Su legado de honestidad es utilizado en la actual campaña presidencial para ganar votos por algunos políticos que en poco siguen su línea.
En la Mediación, la honestidad y la verdad son elementos imprescindibles para lograr la verdadera y real solución de conflictos y el éxito del proceso. Mediar implica un cambio total en la mentalidad y paradigma de las partes y es responsabilidad del Mediador llevarlas a ese punto. De tal forma, es indispensable que el Mediador piense así. Un Mediador que no vive en la honestidad y la Verdad no puede llevar a las partes a este estado.
Como Colosio lo decía, si queremos Justicia tenemos que respetarla primero, si queremos legalidad, tenemos que ser fieles garantes de la misma. En el discurso Mediador, si queremos el bien tenemos que andar ese camino. Si queremos verdad tenemos que decirla no importa el costo. Pues ella, tiene una filosa característica, al final siempre prevalece, porque es la verdad.
Quien utiliza la verdad algunas veces, cuando le es conveniente, no es un promotor de la verdad, sino de la conveniencia. Quien hace el bien y ayuda cuando puede sacar provecho, es un interesado no un pacifista.
Por lo tanto el Mediador no es sólo un prestador de servicios, pues no solo actúa conforme a lo que marca la Mediación por recibir un pago, lo hace siempre pues es su estilo de vida. Si un Mediador busca acuerdo solo al recibir honorarios es tan mercenario como un médico que sólo busca la salud si hay ganancias o un abogado, justicia si llenan sus bolsillos. Un verdadero Médico atenderá a los enfermos porque esa es su vida, servir a los demás, un real abogado lucha contra las injusticias porque son incompatibles con su forma de ser y vive realizado pues recibe emolumentos por lo que hace.
Si buscamos implementar la Cultura de Mediación y la Educación para la Paz con personajes que no están convencidos de esto, nuestra misión estará destinada al fracaso, no importa si cuentan con las mejores preparaciones en el extranjero.
A mi parecer resulta ilógico quienes respaldan a los que dicen mentiras y buscan con ello, enarbolar la Verdad. Pues quien está acostumbrado a mentir, de la mentira vive y se construye. ¿Cómo esperar que el falso nos lleve a la Verdad?, ¿Cómo esperar que quién no usa el diálogo como su columna de vida, pueda llevarnos a una sociedad de paz?
Las verdaderas herramientas y medios de paz no son la Mediación, la Negociación o la Conciliación. Son quienes los aplican, es decir, los Mediadores.
Si el Mediador no es un real pacifista, usara estos métodos de manera distorsionada y obtendrá como resultado algo más semejante a un Arbitraje o Juicio, no un convincente acuerdo de Mediación. Pues no está en su naturaleza la Mediación, ni la Verdad.
Muchos políticos podrán usar el discurso de Colosio, pero si en ellos no reside la convicción de una verdadera Justicia, al gobernar solo producirán una justicia a medias, una injusticia velada, una simulación a la que tan bien nos acostumbramos los mexicanos.
De igual forma, si quien se dice Mediador, vive cómodo con el manejo de influencias, la falsedad, el servilismo, el influyentísimo y la imposición, difícilmente podrá generar la democracia, la transparencia, la verdad, la emancipación cultural y el diálogo como forma de resolución de conflictos.
Como con los políticos, bastaría hacer un recorrido por lo que han producido, y nos daremos cuenta que donde han estado y donde han ejercido, no han sido el agua para saciar la sed de Justicia que anhelamos, ni factores para combatir la crisis que vivimos, al contrario, han sido fieles heraldos de toda esa descomposición que tanto nos daña, es decir, son más de lo mismo.
José Benito Pérez Sauceda. Doctor en Derecho. Maestro en Ciencias con especialidad en Métodos Alternos de Solución de Controversias y Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL. Actualmente Catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología y de la Facultad de Ciencias Químicas de la UANL en MASC, también se ha desempañado como Profesor de Negociación en la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la misma institución educativa. Autor de diversos artículos jurídico-científicos. Creador e impartidor de cursos y diplomados en Negociación, Mediación y Cultura de Paz. Conferencista a nivel nacional e internacional sobre MASC y Cultura de Paz. Creador-Coordinador de los sitios: “Mediación Monterrey” y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey".


940. Empatía para llegar al Justo Medio

Málaga, España. El agresor y el agredido pueden abandonar el diálogo, que es confidencial, en el momento que lo deseen. La empatía es la identificación mental y efectiva con el otro, pero es una cualidad que escasea en una sociedad consumida por las prisas, los conflictos y el individualismo. En Málaga hay 35 personas que se dedican, precisamente, a lograr que las dos partes de un proceso penal lleguen al punto medio, el preferido de Aristóteles, o por lo menos alcancen un acuerdo de mínimos facilitando así la tramitación de la causa y revalorizando el papel de la víctima, habitualmente olvidada en textos legales y procedimientos judiciales.
El pasado 28 de julio nació en Málaga la Federación de Mediadores Andaluces (Feman), un colectivo que aglutina a los voluntarios de tres asociaciones especializadas en la mediación: Amfima, Mediamos y Solucion@.
Aunque la mediación es una experiencia que se está aplicando con éxito en el ámbito de Familia y en otros partidos judiciales españoles, en Málaga Feman está siendo pionera, dado que está implementando un proyecto piloto en el ámbito penal, el más difícil a la hora de conciliar.
Nancy Fernández Bargiela, presidenta de Feman, asegura que se presentó el proyecto conjunto a la Administración autonómica «porque tenía sentido trabajar con un colectivo que tuviera más peso», mientras que Georgina Moreno, miembro de la federación, indica que es una forma de adquirir personalidad frente al resto de operadores jurídicos.
Una mediadora, según María del Carmen Santiago, es aquella persona que «crea un espacio de comunicación entre dos personas para tratar de que ellos resuelvan el conflicto. Nunca se les propone la solución».
Los profesionales que se dedican a esto son, en este caso, voluntarios, y gratuito y libre es el acceso a este servicio que no deja de ser un plus o un enfoque dinámico y novedoso del tradicional tratamiento que se da a los problemas por parte del juez. Es la cara más humana de la Justicia.
Son psicólogas, abogadas, trabajadoras sociales, médicos, etcétera –la mayoría son mujeres– con un máster o un curso de experto universitario en Mediación. Con diferentes técnicas comunicativas o psicológicas se busca propiciar un clima que permita a la víctima y al presunto agresor llegar a un acuerdo de mínimos, o de máximos.
De momento, son los jueces los que eligen los temas en los que se pide a Feman que medie y se está realizando la actividad, desde septiembre, en juicios de faltas, con la vocación de extender su área de influencia a los delitos. De momento, el protocolo durará un año. El tiempo dirá si hay éxito o no. Los juzgados que se han implicado en la experiencia son los siguientes: los de Instrucción 7, 14 y 13, y los órganos de lo Penal 8, 10 y 7.
«Buscamos que la persona se ponga en el lugar del otro, aunque no siempre tiene por qué haber un resultado positivo; puede que no se llegue a un acuerdo pero ha sido positivo, porque por lo menos las partes se han sentado a dialogar y están en vías de resolver el conflicto», dice la presidenta de la federación.
Ana Avellaneda, abogada y mediadora, incide en el papel de la víctima en el proceso penal español, el eslabón más débil: «Aquí tiene mucho que decir. La experiencia hasta ahora ha sido muy positiva, pero necesitamos que las administraciones le den publicidad para que la gente sepa que estamos aquí, que existe esa herramienta a su disposición».
Víctima y ofensor pueden levantarse de la mesa cuando quieran, al igual que el mediador si no hay respeto en el diálogo; «se le pide más al perjudicado, porque el otro va a obtener un beneficio», apunta Fernández Bargiela.
Es el togado quien elige el procedimiento y escribe una carta a las partes seleccionadas por si quieren participar en el proyecto piloto; los mediadores, acto seguido, hablan con ellas y, si su respuesta es positiva, pueden comunicarse en un espacio habilitado al efecto en la Ciudad de la Justicia. Después, se remite el asunto al juzgado. Eso sí, hay confidencialidad; si no se alcanza un pacto, el juez no tiene por qué saber el motivo. Si existe entendimiento, son ellos mismos quienes lo deben comunicar al togado, pese a que el proceso penal sigue su curso independientemente del éxito o el fracaso de la mediación.
Recompensa
La recompensa para el perjudicado es que puede hacer al otro saber cómo se ha sentido, mientras que el agresor puede obtener cierto beneficio en la pena como una atenuante, lo que conllevará una cierta mengua en la dureza del castigo ya sea en años de cárcel o en la multa.
La respuesta de la gente, por ahora, está siendo positiva. «La gente lo pide como algo que no conoce, como un complemento, y cuando se les dice de qué va se prestan a venir», apunta la presidenta.
Las asociaciones son Mediamos (656609606); Amfima (952102637 o 63988044) y Solucion@ (647777530), aunque es el togado quien informa, si lo entiende conveniente, al afectado.
José Antonio Sau.La Opinión de Málaga.es. 13/11/2011

898. Educación para la Paz y Resolución de Conflictos

El Justo Medio: Mediación para la Paz
Educación para la Paz y Resolución de Conflictos
José Benito Pérez Sauceda

“Ha llegado el momento de los pueblos, de las mujeres y hombres del mundo entero que tomen en sus manos las riendas de su destino. Ha llegado el momento de no admitir lo inadmisible. De alzarse. De elevar la voz y tender la mano”.
-Federico Mayor Zaragoza

La educación puede ser un instrumento crucial en la transformación social y política si tiene como propósito el instruir a cada individuo para el máximo desarrollo de todas sus capacidades, su potencial creativo y su responsabilidad al mando de su existencia, así como el cumplimiento de los objetivos personales y sociales.
Si entendemos la paz según la visión de Vicenc Fisas, es decir, como la transformación creativa de los conflictos, teniendo como elementos clave, el conocimiento, la imaginación, la comprensión, el diálogo, la solidaridad, la integración, la participación y la empatía podríamos estar de acuerdo en que el principal objetivo de la educación no podría ser otro que formar para una cultura de paz opuesta a la cultura de la violencia que padecemos en la actualidad.
Para Federico Mayor Zaragoza, la educación para la paz es el proceso de participación por el cual debe desarrollarse la capacidad crítica de las personas, elemento esencial de lo que se pretende sean los ciudadanos del siglo XXI. La educación para la paz es el análisis del mundo en que vivimos, en reflexiones críticas emanadas de valores, en una cosmovisión pacifista, que convierte al individuo en un ente transformador, liberador de personas, obligado por la consciencia para cooperar en la emancipación de todos los seres humanos y de sí mismo. Educar para la paz es un luchar contra la pereza y la tendencia al conformismo, al silencio que la sociedad fomenta. Es dotar a la persona para razonar y decidir con libertad. Significa establecer directrices para poder defender nuestras diferencias y divergencias sin violencia.
Con el objetivo de fomentar la paz en los seres humanos, el 16 de Noviembre de 1945, se fundó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que tiene entre otros propósitos el fomentar el diálogo entre las civilizaciones, las culturas, los pueblos, basados en el respeto, la educación y la cultura de paz.
La UNESCO ha contribuido enormemente al desarrollo de la Educación para la Paz, mediante la promoción de revistas, editoriales, colecciones y programas en la materia, la creación de las Cátedras UNESCO sobre Cultura de Paz, así como la introducción, promoción, desarrollo, y práctica de métodos tradicionales de resolución de conflictos (como la Negociación y la Mediación), el entrenamiento de “promotores de paz” para la prevención, transformación y resolución de conflictos, la formación de Mediadores/Conciliadores, así como la capacitación y práctica de solución de conflictos y Mediación en el sistema escolar.
Ante una humanidad que parece acostumbrarse a vivir con las consecuencias negativas del conflicto, es necesario refundar nuestra visión para comprendernos mejor y transformar la sociedad de nuestro tiempo. Así lo entiende la UNESCO al plantear que la alternativa a la cultura de la violencia debe sustentarse en el diálogo, la negociación, la mediación y la capacidad para manejar nuestras propias controversias, seguramente podremos aprender mucho de cuanto se ha dicho y hecho al respecto en gestión, resolución o transformación de conflictos.
En nuestro país, la Ley General de Educación en su Artículo 7, fracción VI, establece que la educación debe de “promover el valor de la justicia, de la observancia de la Ley (..) la cultura de la legalidad, de la paz y de la no violencia”, pero a pesar de lo que establece dicha legislación, de la apremiante situación de violencia que vivimos y del esfuerzo internacional al que México está comprometido para el desarrollo de la Educación para la Paz, los trabajos en ese sentido, tanto del Gobierno Federal, como de los gobiernos estatales han sido muy tibios, limitados e insuficientes.
Esta es una más de las aristas de la estrategia de seguridad y justicia contra el crimen organizado, que podrían coadyuvar a futuro y con efectos más contundentes y perdurables, pero que se ha dejado en el olvido por la autoridades, poniendo en primer lugar de importancia el combate de la violencia con más violencia, aunque esto la aumente en grado.
En Nuevo León, salvo el trabajo comprometido de diferentes organizaciones civiles (como CreeSer, Razón Social, Aulas de Paz, Mesa de Paz, etc.) en algunas escuelas por una Educación y Cultura de Paz, el desarrollo de políticas públicas y programas en la materia tienen muchas aéreas de oportunidad pendientes y con el actual desborde de violencia, no encontramos excusa que valga para no poner manos a la obra.
José Benito Pérez Sauceda. Doctor en Derecho. Maestro en Ciencias con especialidad en Métodos Alternos de Solución de Controversias y Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL. Coordinador-fundador del Comité de Fomento e Investigación de la Cultura de Mediación del Colegio de Mediadores de Nuevo León. Actualmente Catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología y de la Facultad de Ciencias Químicas de la UANL en MASC, también se ha desempañado como Profesor de Negociación en la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la misma institución educativa. Autor de diversos artículos jurídico-científicos. Creador e impartidor de cursos y diplomados en Negociación, Mediación y Cultura de Paz. Conferencista a nivel nacional e internacional sobre MASC y Cultura de Paz. Mediador privado afiliado al Centro de Mediación Privado S.A de C.V. Creador-Coordinador de los sitios: “Mediación Monterrey” y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey".

865. Mediación para la Verdad

El Justo Medio: Mediación para la Paz
Mediación para la Verdad
José Benito Pérez Sauceda
“La No Violencia y la Verdad están tan estrechamente unidas que es prácticamente imposible desunirlas y separarlas. Son como las dos caras de una moneda o, mejor, como un disco metálico aún no acuñado: todavía no se puede decir cuál de los dos lados será el anverso y cuál el reverso. Del mismo modo, la violencia es sólo un medio, el fin es la verdad. Para que los medios sigan siendo medios tienen que estar siempre a nuestro alcance. Por eso la no violencia es nuestro deber supremo. Si cuidamos los medios, antes o después alcanzaremos el fin. Una vez comprendido este punto, la victoria final es incuestionable. Cualquiera que sean las dificultades con que nos encontremos o los aparentes reveses que soportemos, no podremos renunciar a la búsqueda de la Verdad, la cual es única, porque se identifica con el mismo Dios”.
-Gandhi
Para Gandhi, el conflicto significaba un choque de “verdades”, parcialmente determinadas y resultado de un contexto histórico. Gandhi era un creyente de los métodos no-violentos de resolución de conflictos, pues consideraba que mediante su aplicación ambas “verdades” podrían llegar a conciliarse hasta unificarse, es decir, alcanzar una verdad suprema. La solución de controversias mediante medios no-violentos podría ayudar a que la sociedad coronara un Estado de no-violencia, de Paz.
Actualmente la teoría moderna de la resolución de conflictos divide a los medios para solucionarlos en dos grandes apartados: Métodos pacíficos y contenciosos. Mientras en los primeros, se fomenta la participación de los justiciables, la cooperación entre los mismos, la responsabilidad de sus acciones y consecuencias, y la solución del conflicto por las mismas partes. En los contenciosos, las partes se ven como enemigos, piensan no sólo en la forma en cómo defenderse del otro, sino también en como perjudicarlo, un tercero ajeno al conflicto inicial resuelve por ellos y en muchas ocasiones sus necesidades reales no son reconocidas o identificadas. La Mediación, motivo de esta columna y en general del sitio, y la Negociación son ejemplos de los Métodos Pacíficos de solución de conflictos, mientras que de los contenciosos lo son, el litigio Judicial, el Arbitraje y el Conflicto Bélico.
Como todos sabemos, la Mediación es un método alterno no adversarial, confidencial y voluntario en el cual las partes recurren a un tercero neutral e imparcial que facilita la comunicación entre los justiciables, para que tomen el control del conflicto y alcancen un acuerdo por ellos mismos que ponga fin a su controversia total o parcialmente.
Siguiendo las ideas de Gandhi, los métodos pacíficos o no violentos serían los medios ideales para resolver diferencias, sin embargo, el mismo Gandhi no desechaba el uso de los métodos contenciosos o incluso de la violencia en su discurso, al afirmar: “Soy capaz de sacrificar la No Violencia por causa de la Verdad. De hecho, he descubierto la No Violencia en el proceso de mi búsqueda de la Verdad”.
¿Contradictorio? En lo absoluto. Gandhi estaba consciente que en la realidad en que nos desenvolvemos, es prácticamente imposible no producir algún grado de violencia. Por ello, su rechazo a esta no era, ni podía ser completo, pues existe una violencia que pudiera ser necesaria para la supervivencia de la especie, pero el deber fundamental del ser humano era reducirla lo más posible.
Según Gandhi, al conocer la Verdad entenderíamos porque debíamos privilegiar la No Violencia. Para Gandhi existían dos dimensiones de Verdad, la relativa que es lo que consideramos cierto en un momento, y la absoluta, que es la unidad que mueve todo lo que existe, es decir, Dios. Si esta “verdad” se encuentra en todo lo que es, sabríamos que aun los diferentes y opuestos serían parte de esta gran unidad. La violencia implicaría el ataque contra esa unidad.
Al entrar en conciencia del papel que desempeñamos en el todo, comprenderemos que los métodos no-violentos de solución de conflictos o pacíficos son congruentes con esa Verdad absoluta a la que se refiere Gandhi. Pues trabajan en busca de la Unidad, por la Unidad, para resolver en Unidad.
Desde esa perspectiva, la Mediación no sólo es un método de paz y no violencia para la solución de controversias, también es un método que trabaja con la verdad de las partes, en busca de la Verdad absoluta y la Unidad. Quizás desde la óptica gandhiana pudiéramos hablar de que la Mediación es un método de la Verdad, una Mediación para entendernos y encontrar a Dios.
José Benito Pérez Sauceda. Doctor en Derecho. Maestro en Ciencias con especialidad en Métodos Alternos de Solución de Controversias y Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL. Coordinador-fundador del Comité de Fomento e Investigación de la Cultura de Mediación del Colegio de Mediadores de Nuevo León. Actualmente Catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología y de la Facultad de Ciencias Químicas de la UANL en MASC, también se ha desempañado como Profesor de Negociación en la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la misma institución educativa. Autor de diversos artículos jurídico-científicos. Creador e impartidor de cursos y diplomados en Negociación, Mediación y Cultura de Paz. Conferencista a nivel nacional e internacional sobre MASC y Cultura de Paz. Mediador privado afiliado al Centro de Mediación Privado S.A de C.V. Miembro del Primer Observatorio Internacional de Paz de la Fundación Cereco de Argentina. Creador-Coordinador de los sitios: “Mediación Monterrey” y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey".

Revista Conexión Social

Universidad Autónoma de Zacatecas presenta: Panel del Día Internacional de la Paz

Mediación. Temas selectos

Cultura de Paz y Mediación

Negociación

Métodos Alternos de Solución de Conflictos de José Benito Pérez Sauceda

Métodos Alternos de Solución de Conflictos de José Benito Pérez Sauceda
Métodos Alternos de Solución de Conflictos: Justicia Alternativa y Restaurativa para una Cultura de Paz por José Benito Pérez Sauceda

Mediación Monterrey

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Mediación Monterrey. Por una regia y pacífica solución. Creador/Coordinador: José Benito Pérez Sauceda. Mediación Monterrey desde 2008.

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