“La guerra es dar caza al hombre”
-Leroi Gourhan.
Los conceptos de guerra y de Paz en Latinoamérica se
proyectan a las raíces más profundas de la historia del “nuevo mundo”, a los conceptos de desarrollo
o deberíamos llamarlo mejor subdesarrollo latinoamericano. Puesto que aunque es
innegable que una elite minoritaria ha mejorado extraordinariamente su calidad
de vida, pues siempre ha sido la beneficiada con las etapas u olas del
crecimiento o desarrollo, la mayoría de la población ha sufrido una exclusión sistemática; además de vivir en un ambiente
de permanentes conflictos laborales, socio-económicos, políticos, culturales,
étnicos, ambientales.
Los conceptos de Paz y guerra en Latinoamérica se remontan a
épocas precolombinas o previas a la llegada de los españoles y portugueses,
donde los ritos y la lucha por tótems o divinidades, por nuevos territorios
sino se resolvían por la vía de la negociación que implicaba acuerdos mutuos de
beneficio e integración mutua o se llevaban al campo de las guerras más que de
simple conquista militar, pues en realidad se trataba de una asimilación socio
cultural y lingüística y de desplazamientos forzados de aquellos rebeldes
vencidos (que se negaron a negociar) junto con los naturales del grupo
conquistador hacia nuevas tierras como colonos en el caso de los incas o las
muertes, sacrificios humanos e inclusive una forma de esclavitud en el caso de
otras culturas. Este nivel vendría a ser el nivel que Galtung denomina el de
los macroconflictos (entre estados y naciones) y/o megaconflictos (entre
regiones y civilizaciones)
Lo que si es cierto y común a los grupos humanos es que en
este tipo de sociedades el conceptos Paz positiva partía de una visión de
convivencia del hombre con el grupo o comunidad que le albergaba y todo ellos
dentro de la cosmovisión de ser parte de la madre tierra con la que también
debían vivir en paz. El concepto de que no había esclavitud sino beneficios
comunes para todos, en el incario crearon una realidad admirada por casi todos;
hasta por los propios cronistas españoles que los observaron con ojos de verdad
y desde la orilla opuesta , pero no dejaron de quedar maravillados. Así por
ejemplo lo destaca el historiador Luis Hernan Castañeda, cuando interpreta los
escritos del cronista español Cieza de León:
“que el método de conquista implica siempre en primer lugar
una oferta de amistad, y que sólo cuando esta es rechazada se recurre a la
violencia. Esta se desata siempre en respuesta a la agresión de otros grupos,
como los chancas. También se destaca que los incas son los responsables de
introducir, en los pueblos conquistados, una serie de bienes civilizados; y se
insiste en la transformación de zonas yermas en tierras fértiles, gracias a sus
avanzados conocimientos agrícolas. Por otra parte, se hace hincapié en la
redistribución imperial de los impuestos entre los más necesitados (“los pobres
y las viudas”), lo cual para algunos autores explica el éxito de la
organización imperial inca (“To feed and to be fed”, de Susan Ramírez)” (1).
Al llegar los occidentales la visión de la Paz y de enfoque
del conflicto deja de tener una connotación de integración o asimilación
positiva, de tal modo que se mejorasen los estándares de vida de los
conquistados con mejor alimentación mejor tecnología y mejor redistribución de
los ingresos del estado, y se asume una
visión de la Paz negativa, que significa el dominio por la fuerza de los
conquistados. Por otro lado se asume como natural el genocidio y destrucción
del otro grupo, a través de las masacres y aprovechamiento de sus fuerzas
(esclavitud). Ello implica también el arrebatarles sus tierras y empobrecerlos,
destruyéndolos social, cultural, anímicamente y finalmente físicamente
Así empiezan en nuestra América los mesoconflictos que
Galtung identifica como aquellos presentes
en las sociedades, pues el nuevo tipo de organización, segmentaba a los
pobladores en españoles, criollos (no españoles, pero de raza hispana nacidos
en tierras latinoamericanas), los mestizos con ciertos privilegios, y los indígenas así como los negros africanos,
siendo estos últimos los segmentos sobre los que se ejercía la violencia más
cruda y dura.
Con la denominada independencia nada cambio, empeoraron los
mesoconflictos ( en las sociedades), los macro conflictos (entre estados y
naciones) se incrementaron, debido a que los caudillos buscaban mantener
distraída a la población apuntando a un enemigo externo, para de ese modo poder
usufructuar los dineros del estado a través de compras de armamentos
sobrevaluados y hasta uniformes de la peor calidad.
Como consecuencia de la perdida de esperanza debido a la
corrupción acentuada en todos los ámbitos sociales, la discriminación y la
exclusión de grandes segmentos de la población, la respuesta de estos a sus
micro conflictos (dentro de las personas y entre las personas) se manifiesta a
través del incremento de la delincuencia debido al consumo descontrolado de
bebida y drogas, así como se origina en la carencia de oportunidades educativas
y laborales de los segmentos de la población que estaban excluidos y que
habitaban en zonas tugurizadas.
La mala gestión en la Administración de los recursos, la
discriminación de los grupos mayoritarios a los que se aúna la corrupción
acentuada hasta extremos intolerables en todos los niveles de gobierno,
empezando por las presidencias de las repúblicas latinoamericanas hasta los
sistemas administrativos, legislativos y judiciales, se hace cierta en la expresión de Jaques
Delors quien manifestó en el texto
“Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás”
“La historia humana siempre ha sido conflictiva, pero hay
elementos nuevos que acentúan el riesgo en particular el extraordinario
potencial de autodestrucción que la
humanidad misma ha creado durante el siglo XX ”(2)
y creemos que estas elites que han procurado mantener a sus
descendientes, amigos y “seguidores” (practicantes de infravalores) en el poder
y los sistemas mencionados. Para ello planificaron llegar al poder mediante
elecciones democráticas, donde un falso marketing , basado en el engaño era su
carta de presentación. Asi el PRD se mantuvo varios durante muchos años en
México, igual que liberales y conservadores se turnaron en Colombia,
aparecieron como falsos renovadores y ganaron en las urnas, por ejemplo Alan
Garcia Perez, Toledo, Fujimori y Ollanta Humala en el Perú, Ortega en Nicaragua
o hicieron supuestas tomas “revolucionarias” del poder como Chávez y
esencialmente Maduro en Venezuela. En realidad el copamiento del poder se hizo
disfrazándose bajo diverso ropaje político, con el lema de Maquiavelo “el fin
justifica los medios”. Este nivel no ha sido el único pues esta forma de toma
del poder para ejercer la Paz negativa ha llegados a los gobiernos locales y
municipales de las comarcas mas alejadas
Pero ellos no son los únicos actores de la Paz negativa, lo
son también las empresas transnacionales que han llegado a explotar los
recursos naturales, especialmente las mineras que han venido contaminando
impunemente a las poblaciones originarias y al medio ambiente, aquellas que
firmaron convenios para que les fueran adjudicadas obras públicas que
construyeron obras con graves deficiencias como Odebrecht de Brasil que han
empobrecido indirectamente más a las poblaciones.
Los medios de prensa que promueven la violencia, el racismo
y el subdesarrollo cultural con sus estereotipos de belleza, su justificación
del estatus quo establecido por los corruptos y los grupos dominantes
mencionados que solo se benefician ellos y sus allegados
Todo ello nos lleva a concluir en que en gran parte de
Latinoamérica se ha sembrado la Paz negativa, ello ha implicado una respuesta
manifestada en protestas por parte de los grupos poblacionales sobre los que
venía ejerciendo la misma, estallando el conflicto social; para lo cual muchas
veces se ha recurrido a la simple represión violenta contra los denominados por
la prensa soporte de los malos gobiernos: “rebeldes”, “comunistas”, “salvajes
que no quieren el desarrollo”, “enemigos de la democracia”
Antes la Paz negativa se utilizaba como una herramienta para
generar una “aparente” unidad frente a una amenaza exterior. creada
artificialmente con objetivos que favorecían a los traficantes de armas y a los
bolsillos de los mandatarios, parlamentarios y todos aquellos que impulsaban
las guerras “en defensa de la patria” por lo cual muchos de los conflictos
interestatales entre Ecuador y Perú, Chile y Perú, Colombia y Perú estuvieron motivados por el afán de distraer
a sus ´poblaciones y alejarla de reclamar sus necesidades de desarrollo, Pero
también han sido una forma de justificar la agresión imperialista de los EEUU
en los países latinoamericanos. Tal como sucedió en el caso de México, de Cuba,
Nicaragua, Guatemala, Panamá indirectamente en Chile y Argentina a través de
los dictadores
Como mencionamos antes el trasfondo económico del
armamentismo latinoamericano sobre el que se basa la paz negativa, sea la
máxima latina “ Si vis pacen, para bellum” ( si quieres la Paz prepárate para
la guerra), tal como comprobamos lo siguen haciendo Chile y en parte Perú.
La Paz positiva por el contrario tiene que ver con aplicar
el concepto sobre el conflicto enfocado positivamente según lo define la
escuela de mediación transformativa de Folger a las relaciones entre los seres
humanos, donde el conflicto se concibe en este enfoque como una oportunidad
para el crecimiento, a través del cual el razonamiento parte de primero
transformar a los individuos involucrados en un potencial conflicto, en
personas que aprendan a revalorizarse y reconocerse como seres humanos plenos
que se ven con total empatía.
La Paz positiva debe significar en Latinoamérica respeto a
la vida e integridad de las personas, igualdad de oportunidades, desarrollo
armónico para todos y no solamente para los grupos privilegiados como ha venido
sucediendo desde las falsas independencias que se han celebrado o se
continuaran celebrando de norte a sur.
En momentos actuales en los que América Latina enfrenta a
los fantasmas galopantes del egoísmo, la exclusión, la discriminación socio
económica racial y étnica, la minería irresponsable destructiva de la madre
tierra, de la vida y los sueños de millones de habitantes originarios, el
machismo enfermizo y su hijo putativo, el feminicidio, la corrupción
“justificada” como legal por ciertos partidos políticos que en realidad son
organizaciones criminales delictivas, pintadas mercadotécnicamente por fuera
como muy bonitos y sonrientes, pero por dentro refugio de delincuentes y
asesinos de la peor calaña que viven de empobrecer más a los pueblos firmando
“contratos” arreglados con empresas fantasmas y que construyen obras
inservibles y/o sobrevaluadas.
Tal es la cantidad de miseria espantosa, contaminación,
tugurizacion, desnutrición, índices de adicción elevadísimos de contaminación y
criminalidad por doquier, sistemas administrativos y de Justicia colapsados que
solo han venido sirviendo para los denominados en Perú “cuellos blancos” y sus
familiares enriquecidos vendiendo sentencias
Fenómeno que seguro se reproduce de igual o peor manera en Venezuela,
México y Centroamérica lo que ha originado que miles de habitantes huyan de
estas tierras dado que la Paz negativa no sirve y solo ha generado más
destrucción y conflictos destructivos. Por ello se ha formado aquella caravana
de esperanzados que avanza hacia el norte, sorteando mil obstáculos buscando
quizás ilusamente la Paz positiva en los EEUU o es la razón que ha hecho salir
en estampida amas de tres millones de venezolanos hacia el sur del continente
esencialmente buscando las condiciones del desarrollo que se han cerrado en su
patria.
Los verdaderos líderes de la Paz latinoamericana en todas
las instancias del gobierno y la sociedad, tal como se ha comprendido en
Uruguay, una pequeña nación geográficamente hablando, pero que es uno de los
pocos ejemplos para la región, deben entender que se ha venido aplicando en sus
territorios la frase de Leroi Gourhan, aplicada no contra supuestos adversarios
de fuera sino contra su propia gente local: “la guerra es dar caza al hombre”,
que para impulsar una real Democracia que tenga como pilar a la Paz verdadera
se debe aplicar el pensamiento del gran Maestro Johan Galtung “ Una de las
metas de la Paz es la eliminación de la violencia y la otra es la conservación
de la dignidad y la integridad de la persona” (3), quizás haya tenido razón el
cronista de la conquista Cieza de León al alabar a la cultura del Tahuantinsuyo
en su texto “El señorío de los incas” y su justo modelo de desarrollo
equitativo que buscaba incluir y no excluir a nadie, pues el nuevo lema que
propongo, modificando el dicho de Leroi Gourhan debería ser en Latinoamérica y
el mundo “La Paz es dar amor al hombre”.
Bibliografía usada.
(1) https://lamula.pe/2010/08/30/el-senorio-de-los-incas-de-pedro-cieza-de-leon/castanel/
(2) Informe a la UNESCO de la comisión internacional del siglo XXI
(3) Rada Barnen, Pontifica Universidad Católica del Perú, Segunda especialidad en proyectos educativos, Guía didáctica 5 “Educación, Paz y civismo”. Lima 1999. p. 20.
Freddy Ortiz Nishihara. Magister en Relaciones
Internacionales por la Universidad Andina “Simon Bolivar” sede Quito (Ecuador)
Master en Responsabilidad social corporativa por la Universidad Pontificia de Salamanca
(España), Postgraduado en Paz y Resolución de conflictos por la Universidad de
Uppsala ( Suecia), Postgraduado en Mediación y Conciliación por la Universidad
de Ciencias empresariales de Buenos Aires (Argentina) Abogado por la
Universidad Mayor de San Marcos, Lic. en Administración por la Universidad
Ricardo Palma ( Lima, Perú), autor de varios textos universitarios.
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