“Revisa los
antecedentes del conflicto, observa, escucha, y procura hacer lo mejor nunca
digas no podrán llegar a un acuerdo, hay veces en que lo imposible se hace
posible y lo aparentemente posible se puede convertir en imposible….eso depende
de ellos, del momento que estén pasando ambas partes, pero también
esencialmente de ti y la imagen que proyectes”
Muchas
veces me han preguntado si algunas veces entro a una audiencia de conciliación
prejuzgando que las partes no llegaran a un acuerdo y todo lo que hare será
solo simbólico (pasar el rato solo para cobrarles), siempre he respondido que NO
con total sinceridad, pues en primer término la vocación que tengo nace pura y
cristalina, como el agua de manantial de las montañas; en segundo lugar cuando entro a una sala de audiencias, trato
de poner lo mejor de mí y alejar los fantasmas de las dudas y los problemas
personales que como seres humanos todos necesariamente tenemos que cargar a
cuestas.
Hablando en
plural diría que siempre debemos partir de la premisa de que por más difícil
que se presente la visión previa de las cosas, los personajes y sus historias
puede haber siempre una esperanza aunque sea remota, en la cual ellos dos
sujetos o dos grupos o un grupo y una persona puedan arribar a un acuerdo si
los facilitadores en la solución del conflicto, utilizamos nuestros sentidos,
capacidad de motivación al máximo para dinamizar el libre albedrio y hacerles
sentir que pueden construir todavía una alternativa. Nada esta dicho hasta el
final de la audiencia de conciliación.
Por el
contrario acuerdos que parecían sencillos y/o cuyos personajes no mostraban
historias de profundidad en los conflictos, donde no había mucha carga
emocional, muchas veces terminaban complejizándose. Porque debido a la
inexperiencia o el cansancio, quizás la inconsciente transmisión de energías
negativas de parte del conciliador a las partes se transforma en algo más
delicado. Obviamente lo hacemos inconscientemente o como se diría, “sin querer
queriendo”. Desmotivamos a las partes y les reflejamos nuestra imagen de
cansancio, desánimo y quizás hasta nuestro conflicto interno.
Por ello es
necesario que cada conciliador o mediador antes de ingresar a una audiencia
concilie consigo mismo, se automotive positivamente, se sienta con el alma
limpia y para ello quizás utilice técnicas de respiración y relajamiento que le
permitan reiniciar una y otra vez el proceso de facilitar la comunicación de
manera dinámica e interactiva entre las partes. Respirando con naturalidad y
mostrando el cuerpo libre de tensión y
los gestos que inspiren tranquilidad, asi como el tono que impulse a las partes
a la calma
Es que la
en la interacción positiva del mediador/conciliador con las dos partes debe
gestarse según mi punto de vista desde una natural comunión con la madre tierra
o la naturaleza, respirando o intercambiamos la energía positiva que tomamos de
las plantas con las energías desgastadas que emanan de nuestros cuerpos
cansados a través de una respiración por la nariz que entre lentamente al
estómago y que de ahí el oxígeno será distribuido armónicamente en cada
milímetro de nuestras arterias, tejidos, nervios; desde la cabeza hasta la
punta de los pie, el resultado será que todo florecerá positivamente en
nosotros.
Debemos al
mismo tiempo mentalizar que nuestra filosofía de vida y de trabajo parte de
estar nosotros en armonía con este medio ambiente que nos re oxigena no solo
físicamente, sino también espiritualmente; así como también en armonía con las
personas, porque el conciliador debe procurar tomar las cosas con facilidad,
sin mucha preocupación y sobre todo dejar de odiar y tener ideas fijas, pues es
este un lastre que nos obstruye emocionalmente, además de perturbarnos
permanentemente y dejar que trasluzca de nuestro rostro, gestos, movimientos
con una imagen de violencia, negativismo, cólera como lenguaje para verbal
inconsciente.
Lo sé todos
pensaremos que no somos ni seremos perfectos, pero intentemos lograrlo y
veremos que transmitimos no solo palabras de confianza sino gestos, miradas y
tonos de voz nacidos de nuestra propia calma interna, emanando con naturalidad
y sinceridad de lo profundo de nuestras almas.
Así
considero de acuerdo a mi modesta experiencia de vida que podremos tener más
ventaja de proyectar positivismo y sembrar al mismo tiempo buenas energías
positivas en los demás y a la vez, estar nosotros mismos más inspirados para
tener paciencia, motivar mejor a las partes, ser una manantial de inspiración,
ayuda , empatía y asertividad en la comunicación en esos momentos en los cuales
interactuamos en aras de solucionar un conflicto.
Freddy Ortiz Nishihara. Abogado,
Licenciado en Administración Postgraduado en Suecia, Argentina y Brasil,
Capacitador Principal en Conciliación, docente universitario, investigador, ponente internacional, autor de
varios textos sobre la Conciliación. Director de asuntos jurídicos e
institucionales de la Unión Mundial de escritores por la Cultura, la Ecología y
la Paz, Director de CERECO Observatorio Internacional de Paz y DDHH.