Hasta que la muerte no los separe
Una víctima de ETA y uno de los asesinos de su marido cuentan en
un libro su encuentro restaurativo La obra sobre la mediación se presentó en el
Colegio de Abogados de Sevilla
Córdoba, España. Ni Truman Capote en A sangre fría. En el libro Los ojos del otro
(Sal Terrae) coinciden Maixabel Lasa Iiturrioz (Lejarreta, Guipúzcoa, 1951),
que escribe el prólogo, y Luis María Carrasco Asenguinolaza, uno de los tres
presos de ETA que cumplen condena por el asesinato de su marido, Juan Mari
Jáuregui, el 29 de julio de 2000. Víctima y asesino se conocieron en una salita
de la cárcel de Nanclares de Oca el 26 de mayo de 2011 en presencia de Esther
Pascual (Madrid, 1978), mediadora y artífice de los llamados encuentros
restaurativos que se recogen en dicho libro, que se presentó el jueves en el
Colegio de Abogados de Sevilla.
La viuda de Jauregui leyó las palabras con las que termina la
colaboración del asesino de su marido cuando celebraban sus bodas de plata:
"Aquella mañana me disponía a pedir perdón por un crimen
imperdonable".
Siete mediadores participaron en un total de catorce encuentros,
una iniciativa al amparo de la vía Nanclares interrumpida por el Gobierno de
Mariano Rajoy. "Mucha gente piensa que el proceso se fomentó desde las
víctimas y es al revés, nace en los presos", dice Txema Urkijo (Llodio,
Álava, 1961), impulsor de la iniciativa siendo asesor de la Dirección de
Víctimas del Gobierno Vasco, coautor del epílogo con Mercedes Gallizo, ex
directora de Instituciones Penitenciarias.
José Joaquín Gallardo, decano del Colegio de Abogados de
Sevilla, recordó a dos colegiados muertos en atentado terrorista: Fernando
Múgica Herzog y Alberto Jiménez-Becerril. "En el fondo todos hemos sido
víctimas de ETA", dice José Castilla (Sevilla, 1971), uno de los siete
mediadores. Valora el paso que dieron los presos de esos encuentros.
"Cuando salgan fuera, no los va a acoger nadie. Unos, por terroristas;
otros, por traidores".
Esther Pascual, "ella solita, de manera original, artesanal",
en palabras de Castilla, llegó un día a la cárcel de Nanclares de Oca.
"Los presos no saben quién soy ni quién me manda". En el aula
sociocultural les habla de la mediación. "Allí hay uno que se atreve a
levantar la mano. Cuando voy por el pasillo, se suman otros y empiezo a
trabajar con cuatro".
Hay una línea roja. "Las víctimas no pueden volver a ser
víctimas". Encuentros muy largos con los etarras, mucho más cortos con sus
víctimas. Esther no se anda por las ramas. "Les pregunto qué se siente al
matar, si es capaz de dormir, si miró a los ojos a su víctima antes de
matarla". Algo parecido hizo Maixabel con Carrasco, el asesino del
gobernador civil de Guipúzcoa. "Le pregunté si conocía a mi marido, si
sabía que estuvo preso por pertenecer a ETA, que actuó en la Audiencia Nacional
en el juicio contra Galindo en apoyo de Lasa y Zabala".
Dos terceras partes del equipo de la Dirección de Víctimas del
Gobierno Vasco han sido víctimas, dice Urkijo, que trabajó con los gobiernos de
Ibarretxe, López y Urkullu. "Había presos que necesitaban acercarse al
objeto de su error y no sabían cómo hacerlo, no sabían si verlos, escribirles,
querían acercarse a las víctimas".
Otro de los asesinos de su marido expresó su deseo de tener un
encuentro con Maixabel, pero las "trabas" del Gobierno lo impidieron.
"Me tranquilizó saber que no iban a obtener ningún beneficio
penitenciario", dice la guipuzcoana, "no sabía si sacaría algo
positivo de la reunión, y al final salí relajada. Me dio tranquilidad y mucha
paz interior para mí, mi hija y mis dos nietas. Seguro que Juan Mari también le
habría dado esa segunda oportunidad".
En la presentación hubo profesionales de la mediación. Entre
ellos, Concepción Sáez (Madrid, 1957), del nuevo Consejo General del Poder
Judicial. "Las apariencias y los prejuicios hay que dejarlas aparte.
Muchas veces es más difícil mediar en una falta de amenazas entre vecinos que
en delitos muy graves". Mediación que sólo excluye para crímenes de
guerra, "el arquetipo de lo inexpiable", en palabras de Hannah
Arendt. En el libro colaboran la psicóloga Francisca Lozano, el sacerdote José
Luis Segovia Bernabé y el jurista Julián Ríos, entre otros.
Francisco Corrarl. El Día de Córdoba.es. 19/01/14
http://www.eldiadecordoba.es/article/andalucia/1689927/hasta/la/muerte/no/los/separe.html
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