Una nueva
corriente dentro de la abogacía pacta con el cliente resolver el conflicto por
la vía del acuerdo sin llegar a pleitear
"Se
intenta negociar con la otra parte y si no se alcanza un acuerdo se renuncia al
cliente, se le dice que no llevará su pleito», explica Mercè Claramunt,
diputada del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona (ICAB) sobre una nueva
corriente dentro de la Abogacía. Se trata de los llamados abogados
colaborativos y su puesta de largo será el próximo martes dentro de los actos
de celebración del patrón de los letrados Sant Raimon de Penyafort. El ICAB ha
organizado una jornada sobre la práctica del abogado colaborativo como nuevo servicio
al ciudadano y en ella los interesados podrán conocer más sobre esta práctica.
Claramunt espera que después de las conferencia se pueda constituir un grupo
dentro del ICAB con letrados que tengan esta filosofía que no deja de nacer de
«un compromiso» con los clientes.
Claramunt
explica que los abogados colaborativos van por una vía diferente a la
mediación. Los primeros son una parte del proceso que pretenden conseguir un
acuerdo por todos los medios posibles y así se lo trasladan al cliente. Para
conseguirlo se rodean de un grupo de profesionales de varios ámbitos -ya sean
economistas, notarios o representantes de otras disciplinas- que ofrecen
visiones amplias del mismo pleito para obtener este pacto que se busca. La
diputada del ICAB destaca también que es fundamental la implicación del cliente
en todo este proceso ya que de él depende en buena medida que se alcance el
acuerdo final con la otra parte, más cuando pueden ser abogados colaborativos.
«Se tiene
que vencer la suspicacia que tienen muchos clientes de que el abogado pretende
ganar más dinero pleiteando más», insiste Claramunt que destaca que en muchos
casos llegar a un acuerdo tiene «un coste menor para las personas que pleitean,
principalmente emocional». Por eso es fundamental la negociación en equipo y la
ampliación «de la perspectiva de la defensa» durante el proceso. También
destaca que forma parte del compromiso con el cliente dejarle claro desde un
principio que si el abogado colaborativo «no alcanza un acuerdo con la otra
parte no participará en el juicio por lo que se deberá buscar» otro letrado.
Los
abogados colaborativos nacen en los Estados Unidos en los años 90 y la
corriente se ha extendido por varios países, principalmente anglosajones. Tras
una primera experiencia en el País Vasco, los letrados del ICAB pretenden ser
pioneros en la creación de un grupo estable en Barcelona sobre este tipo de
letrados que quieren abordar las disputas de otra forma. Incluso Claramunt abre
la puerta a otros profesionales que quieran ser «colaborativos» y puedan ayudar
a los abogados de esta corriente.
Mientras se
espera a la implantación de los colaborativos dentro de la Abogacía, la
diputada también recuerda que la mediación es una parte neutra que debe tomar
una decisión ante dos partes en conflicto. La semana pasada el ICAB presentó
datos de su Centro de Mediación entre 2011, año de su creación, y 2014 que
indican que se actúa principalmente en casos dentro del ámbito familiar, como
separaciones, divorcios o parejas de hecho.
El año
pasado se solicitaron 572 mediaciones en este centro, de las cuales 491 son
públicas porque las tramitaron personas con derecho a justicia gratuita y 81
privadas. Un 94% de estas peticiones de mediación pública, estaban relacionadas
con temas como pensión alimenticia, guardia y custodia o uso del domicilio
familiar. El resto hacen referencia a asuntos civiles como arrendamientos
urbanos o temas hereditarios. De las 81 mediaciones privadas 30 fueron sobre
temas familiares. 11 de arrendamientos urbanos y el resto repartidos entre
conflictos entre vecinos, asuntos de tráfico o temas mercantiles. El ICAB tiene
200 mediadores y su centro recibe una media de 800 peticiones anuales.
Germán González. ElMundo.es. Barcelona, España. 24/01/2015
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