A Mediar con . . . José Antonio García Álvaro
José
Antonio García Álvaro es director de Arbitraje y Mediación ARyME y Administrador del grupo en LinkedIn
“Arbitraje y Mediación” con 5.621 seguidores en la actualidad.
Entrevista a José
Antonio García Álvaro
-¿Qué te
llevó a Estados Unidos?
La casualidad. En 1979 fui a estudiar inglés
en la Universidad de Redlands (CA) y a mis padres les gustó esta universidad.
Me preguntaron ¿quieres estudiar en esta universidad? Dije que sí.
-¿Cómo fue la experiencia?
Del tipo que te cambian la vida para siempre.
Al final pasé allá 16 años de mi vida y quieras o no marcan, dejan huella.
-¿Qué importancia tiene en América la
Mediación?
En EEUU
mucha hoy pero no sucedió de un día para otro. Podrá parecer mentira al lector,
pero la mediación realmente comenzó a interesar a mediados de los 80. Todo era
arbitraje prácticamente hasta entonces. El empuje fue mediador más que
institucional, si bien las instituciones dedicadas a la resolución
extrajudicial de disputas reconocieron la oportunidad, la entendieron y se
embarcaron. Es importante reseñar que la mentalidad extrajudicial ya existía,
que solo hacía falta el proverbial empujoncito hacia la mediación.
-Usted que
se fue a trabajar fuera de España. ¿Qué opina de que los jóvenes se vean
obligados a salir al exterior para encontrar trabajo?
No me fui a
trabajar fuera de España. Sucedió que ya estaba en EEUU y me quedé hasta
finales del 96 cuando regresé para realizar un sueño en mi propio país.
Respecto a
los jóvenes que marchan para encontrar trabajo prefiero pensarlo en términos de
buscar oportunidades; lo prefiero porque quita el concepto de emigración
necesaria de la ecuación. Quizás la necesidad lleva a muchos jóvenes a emigrar,
comenzar una vida laboral, independizarse, encarar retos difíciles. Solo espero
y confío que se atrevan a verlo como una oportunidad que se dan a sí mismos
desde su arrojo y valentía para encontrarse a sí mismos y su lugar en este
mundo y vida.
-¿Qué le
hizo volver a su país?
Un deseo
más emocional que racional de regresar pues ya tenía mi vida hecha en EEUU,
pero sabía que si no regresaba en mitad de mis treinta no regresaría.
-Fue de los
pioneros que comenzaron a hablar y trabajar en Mediación. ¿Cómo ha sido el
proceso hasta crear su plataforma de Mediación ARyME?
Trabajé en
una entidad de arbitraje y mediación de cierto renombre en EEUU y pensé que
quizás podría trasladar ese conocimiento y hacerme una vida en mi propio país.
El comienzo
fue frenético, de una actividad desbordante promoviendo el arbitraje y la
mediación; bueno, más el arbitraje que la mediación en los inicios porque en
1996 me di cuenta que había que empezar por el arbitraje, que la mediación
parecía casi puro cuento chino y que tendría que esperar.
Con algo ya
hoy de perspectiva, ha habido una combinación de cosas que he hecho y sigo
haciendo que sucedan y otras que me suceden, como le pasa a cualquiera, a todos.
“Sigo en la brecha por convicción que la
mediación y el arbitraje merecen una oportunidad; sigo porque hoy no me siento
tan solo como hace 18 años ya que hay profesionales de extraordinaria valía en
toda España comprometidos con la labor de promover la mediación, sus indudables
ventajas y bondades.”
Para mí personalmente, ARyME ha ido madurando
conmigo. Nos conocemos bien, nos animamos a seguir en este camino iniciado en
1996.
-También
lidera un grupo en LinkedIn con más de 5.000 seguidores para hablar de
Mediación. ¿Qué le ha aportado la experiencia?
Ya somos
casi 5.000 según contesto a tus preguntas, pero ha sido accidental que seamos
el mayor grupo del mundo en idioma español sobre arbitraje y mediación.
Al
principio hay que tirar, animar, provocar, pero sobre todo trasmitir la
sensación de que no es un grupo “liderado por” ni es el chalet de José Antonio,
sino una especie de albergue en la que cabemos todos, al que acudimos para
contarnos nuestras experiencias. ¿Lo que más sorprende y lo que lo hace
grande?: La diversidad de las personas que concurrimos en este grupo, la
sinceridad en el debate y el respeto colectivo. Es notable; es extraordinario.
-A raíz de
los debates en las redes surgió el grupo de entusiastas de la Mediación, que se
reunió por primera vez hace un año y medio en Granada. ¿Qué supuso para usted y
por supuesto para la difusión de este tipo de resolución de conflictos?
Como sabes
ya se han celebrado dos encuentros de Entusiastas de la Mediación (Granada y
Valencia), y ya hay un tercero que se está organizando y que tendrá lugar en
Toledo el próximo mes de octubre.
“Personalmente
la sensación es de enorme satisfacción. Estos encuentros reúnen a profesionales
de la mediación de todo el país que no pertenecen necesariamente a la misma
asociación, ni cuyas profesiones de base son las mismas.”
Creo que es
la vocación la que anima a los mediadores a reunirse en estos encuentros.
Leemos que alguien ha hecho esto y aquél lo otro en aras de promover,
fortalecer la mediación. ¿Cómo no poder querer conocernos, compartir? En estos
Encuentros nos sentamos juntos de tú a tú durante un par de días. No nos
contamos qué es la mediación ni paseamos trofeos; es mucho más,
extraordinariamente mundano y personal: nos contamos cómo la sentimos, cómo la
promovemos, cuál ha sido nuestra experiencia –lo bueno y lo no tan
bueno—aprendemos, nos rejuvenecemos y por ello terminamos haciendo piña.
¿Qué
suponen estos Encuentros para la difusión de la mediación? No sabría contestar
excepto diciendo que sin mediadores comprometidos no hay mediación. Si de estos
encuentros salimos con nuevas fuerzas, entonces ahí quizás esté la respuesta
sobre cómo influyen para la difusión de la mediación.
Tengo
entendido que se volverán a reunir en el III Encuentro de Entusiastas de la
Mediación en octubre en Toledo, ¿De qué van a hablar?
“Como
comenté éste será el III Encuentro. No hay una agenda formal pero casi seguro
que entre los temas que debatiremos informalmente se encontrará el recién
creado registro de mediadores en términos de reflexionar sobre cómo proponer
que sea de mayor utilidad para el usuario que lo consulte. Probablemente
hablemos también sobre formación de mediadores y, desde luego, hablaremos sobre
lo que cada uno de nosotros estamos haciendo para promover la mediación,
nuestras sensaciones al respecto.”
Es
importante entender que esto no es una asociación, que ni vamos, ni salimos de
los encuentros con una agenda de deberes, de obligaciones o compromisos. Creo
que entramos y salimos de estos encuentros con una visión que compartimos en
fondo, que cada cual realiza desde sus posibilidades y circunstancias. Es
importante, porque es esencia, destacar que tras una par de días juntos
forjamos amistades personales, colaboraciones profesionales y apoyos.
-¿En su
opinión qué ventajas aporta la resolución extrajudicial de conflictos a través
de la Mediación?
Muchas,
pero depende de cada cual que una o varias de esas ventajas sea lo que busque,
o lo que le encaja.
La
posibilidad de restablecer relaciones se postula como una ventaja de la
mediación que una parte puede legítimamente ni pretender ni querer prefiriendo
la mediación por alguna otra de sus ventajas como, por ejemplo, su menor
impacto económico en la resolución de la disputa y su celeridad. Cada cual es un
mundo.
“Las
ventajas de la mediación no son para el mediador, sino para las partes y no
todas se van a sentir atraídas por la totalidad de ventajas de la mediación.
Corresponde, por lo tanto, al mediador explicar la totalidad de ventajas sin
perder de vista que ha de escuchar qué le dicen las partes, hacia donde va su
atención en el recital de ventajas.”
-¿Cómo ve
la Mediación en España?
Soy optimista. Me siento optimista.
Que la
mediación tarde algo más de lo esperado en calar no debe ni sorprendernos ni
desmoralizarnos. ¿Hay algo malo en la mediación? No. ¿Entonces? Entonces es
solo cuestión de tiempo y esfuerzo. Veremos el día en el que la situación se
invierta pasando de mediadores explicando qué es la medición y para qué sirve a
que la sociedad pregunte para qué es y sirve. Estoy convencido de ello.
Toca no
desmayar o pasa lo del chiste, alguien que juega el mismo número de lotería
durante años pero a quien nunca le toca y que deja de jugar para que al día
siguiente el número abandonado sea agraciado con el gordo. Hay que estar porque
nada llega a quien se ausenta. No hay que desmayar a menos que no se haya
“mayado” nunca (me he inventado la palabra), en cuyo caso nunca se ha sido
consciente y así malamente se maya o se desmaya. Habrá de esos también porque
de todo tiene que haber.
-¿Cree que
contamos con buenos profesionales?
¿Mediadores?
Para esto soy muy particular y no pretendo que nadie comparta mi opinión porque
no creo en el mediador profesional y jamás mediaría ante uno. Creo en una
profesión de base y en una formación en mediación que permita actuar como
mediador con profesionalidad. Cosas y conceptos distintos.
Entonces
¿Hay buenos profesionales del derecho, la psicología, la sociología, etc.? Sí,
sin duda alguna. ¿Entre estos profesionales hay mediadores que median con
profesionalidad? Sí también, e irán a mejor según medien más asuntos.
-¿El nivel de formación de los expertos es el
adecuado?
Depende a
quien preguntes pero resulta que me preguntas a mí. Creo que es adecuada;
mejorable, pero adecuada. Todo o mucho depende de lo que se haga después.
Creo que se
debería de potenciar la figura del mentor entre los mediadores. ¡Por Dios que
no se legisle esto también, que lo mismo al Legislador le da por ahí! En fin,
creo que todas las personas debieran tener la buena fortuna de haber contado
con un mentor y devolver esa buena fortuna en la forma de ser mentor. Una
formación adecuada y un mentor a quien le importes marcarían la diferencia.
Generalmente hablamos de apadrinar jóvenes, pero ¿por qué no apadrinarnos entre
adultos? ¿O es que como adultos ya no necesitamos ayuda, consejo, perspectiva?
Quizás más que nunca.
-¿Cree que
será la práctica más extendida de resolución de conflictos en el futuro?
Asumo que
la pregunta es sobre mediación en contraposición con otras metodologías
extrajudiciales. No tengo ni idea si “será”. Lo que sí creo es que veremos a la
mediación como metodología autónoma o como parte de un conjunto escalonado de
metodologías consultivas, no vinculantes, híbridas y vinculantes. Lo creo.
*
Entrevista realizada por la periodista y colaboradora de A Mediar, Lola Prieto
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