En 1973, Morton Deutsch
publica su clasificación de los procesos de resolución de conflictos en
destructivos y constructivos. En los primeros caben aquellos sistemas para
solucionar disputas donde la relación entre las partes enfrentadas se deteriora
cada vez más con el desarrollo del proceso. Reinan las emociones negativas antes,
durante y después del conflicto. Aunque se logre una conclusión judicial, el
daño a las personas está ahí, vivo, latente y creciente. Pueden ser procedimientos
enfermizos, donde las partes busquen más perjudicarse entre sí, que encontrar
la verdad o una respuesta.
Dentro de dichos
destructivos tratamientos, Deutsch menciona al litigio y también cabrían allí algunos
métodos alternos de solución de conflictos, como el arbitraje.
La cordialidad y
honorabilidad de las reglas no quitan que el juicio sea un conflicto donde se
busca un vencedor y por lo tanto, vencidos. A nadie le gusta perder, lo peor
del caso es que dichos procesos, muchas veces todos los participantes salen
insatisfechos con lo obtenido.
El litigio es una
batalla reglamentada que busca un triunfador, un resultado, una verdad conforme
a las reglas establecidas. No necesariamente busca una franqueza, lo que
sucedió en sí, sino una “certeza” conforme al entramado jurídico. Para hacer
valer su “verdad”, algunas partes pueden requerir elementos que vayan en contra
de la sinceridad para ganar la partida.
En Nuevo León acabamos
de vivir un contienda electoral inédita por lo brusco de su acontecer. Fue cosa
de todos los días cuando audios de conversaciones privadas entre personajes
políticos, sus familiares o amigos fueron subidas a las redes sociales, con el
objetivo de causar un daño, poco importaba el bienestar emocional de los
involucrados. Se asaltaron casas de campaña. La prensa denunciaba casi a diario
presuntos actos de corrupción desde el más alto nivel de gobierno de la entidad
y las autoridades de procuración de justicia se negaron a realizar una
verdadera investigación, aun cuando en algunos casos, se presentaron
importantes documentos. Cada medio de información dio diferente difusión a los
candidatos. Las televisoras reprodujeron resultados de “encuestas” que ponían a
una candidata por encima de sus competidores y el día de la votación la
conclusión fue muy distinta. Los estudios fueron muy errados o falsos y nadie
ha sido llamado a rendir cuentas por engañar a la población. Asociaciones de
abogados fueron descubiertas tratando de realizar engaños “legaloides” para
favorecer de manera incorrecta a sus apoyados (así es, los supuestos escuderos
del derecho intentaban usar las leyes
para marrullerías, cuando no establecían estrategias para romperlas). La
participación, colusión y silencio antes, durante y después, de los “honorables”
colegios de abogados en un entramado de ilegalidades, da evidencia lo separado
que están algunos juristas de la verdad y la búsqueda del bien común. Los
políticos abandonaban la política, los juristas renegaban de la justicia y las
televisoras de informar con veracidad.
Los señalamientos,
descalificativos y falsedades fueron cosa de todos los días….sin consecuencia
alguna. Las autoridades electorales y de gobernación han declarado que todo se
llevó con “normalidad” y apego a derecho.
Quienes detentan el
poder nos están diciendo que es normal mentir, robar, dañar, engañar, entre un
largo etcétera.
Podemos concluir
entonces, que la “normalidad” mexicana es aterrorizante.
¿Realmente nos es tan
difícil entender por qué pasó lo de Ayotzinapa y tantos otros casos similares
en nuestro país?
La “normalidad”
mexicana es todo menos normal. Las campañas electorales son un ejemplo de lo
destructivo que son los procesos de resolución de conflictos legalmente
reglamentados pero que no fomentan valores, ni virtudes sino que sacan del ser
humano lo peor y más profundo. La ley alejada del bien. Es legal pero no es
bueno.
La “normalidad”
mexicana es insana. El colmo es que existen organizaciones que buscan
establecer un monumento a la cultura de la legalidad en nuestro estado. Tenemos
una legalidad insana, maleable, que no es digna de ser premiada, al contrario,
debe ser corregida.
Cerrar los ojos,
pensando que somos legales por decreto o por tener monumentos, peca de ingenuo.
Necesitamos legalidad
basada en valores, principios y virtudes y en procesos de resolución de
conflictos que los fomenten, no que los destruyan.
Después de esta vista
del lado oscuro social sería realmente dañino olvidarlo. Si seguimos así, los
desfalcos al erario público y los casos como el casino royale estarán más cerca
de volver a suceder.
Morton Deutsch
alejándose de lo que es o no legal, nos dice lo que es bueno, lo que es
saludable. Dentro de los sistemas constructivos, saludables, deseables de
resolución de conflictos, el psicólogo social Deutsch señala a la Mediación.
La Mediación
reconstruye el tejido social, sana a las personas y sus vínculos, invoca el
bien dentro de los seres.
La Mediación requiere
un cambio de paradigma aún en los mismos abogados, muchos de los cuales dicen
abogar por dicho mecanismo alterno (pero también por el arbitraje y el
litigio). Cada forma de solución de problemas tiene su “chip” mental. Por eso
defendemos la independencia de la Mediación de los demás Métodos Alternos, con
más razón del Litigio. Si los mismos abogados que callaron o participaron para
generar condiciones de fraude, doblando la ley en su beneficio, son los que
defienden la Mediación… que dios nos agarre confesados!, así la Mediación habrá
de fracasar.
Después de lo que vivimos
es urgente establecer la Mediación como sistema primario de solución de disputas,
antes de que nuestras formas ordinarias y apegadas a derecho de solución de
controversias nos enfermen más de lo que ya estamos.
José Benito Pérez
Sauceda. Doctor en Derecho. Maestro en Ciencias con especialidad en Métodos
Alternos de Solución de Controversias y Licenciado en Derecho y Ciencias
Sociales por la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL. Actualmente
Catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología en MASC de la misma
institución educativa. También se ha desempeñado como Profesor de Negociación
en la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública y de MASC en la
Facultad de Ciencias Químicas de la UANL. Autor de libro, artículos
jurídico-científicos y creador e impartidor de cursos y diplomados en
Negociación, Mediación y Cultura de Paz. Conferencista a nivel nacional e
internacional sobre MASC y Cultura de Paz. Creador-Coordinador de los sitios:
“Mediación Monterrey” y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey".
josebenitoperezsauceda@hotmail.com