Casos son
solventados en un máximo de dos reuniones
Más de
nueve mil conflictos personales motivados por diversas circunstancias son
resueltos anualmente en los Centros de Mediación y Conciliación habilitados por
la Procuraduría General de la República (PGR)
Solo del 1
de enero al 30 de abril de este año, se registraron 2 mil 468 solicitudes de
mediación, de las cuales se resolvieron 1,622 casos, equivalentes al 66 por
ciento del total, según la PGR.
Con estas
conciliaciones se beneficiaron 7 mil 855 personas, entre ellas 1,859 niños,
afirmó la institución.
De las
estadísticas de los casos que atienden los Centros de Mediación, en el país se
extrae que solamente dos de cada 10, no pueden ser resueltos por esa vía.
En estos
casos, las personas son orientadas para que acudan a la instancia adecuada como
la Fiscalía, Policía o los tribunales de justicia.
Se trata de
hechos menos graves, como el disgusto de una persona porque el perro del vecino
se llegó a orinar a la puerta de su casa, o un chisme de una señora respecto a
otra. Asimismo, una deuda que no se pudo pagar en el tiempo establecido, peleas
de niños, música a todo volumen en el pasaje, discusiones por celos entre
parejas, daños en el techo, estacionamientos de vehículos e incluso malas
miradas, entre otras.
En estos
casos la mediación ha sido la base de solución de problemas familiares,
laborales y de convivencia ciudadana en los últimos 16 años en El Salvador.
Con este
mecanismo, los distintos problemas que surgen en los vecindarios, en el seno
familiar y en el ambiente laboral ya no van a los juzgados para dirimirlos o
encontrarles una solución, sino a estos centros, donde las opciones son más
amplias y menos rigurosas, sin perder su efectividad, manifestó la coordinadora
de la Unidad de Mediación de la PGR, Carmen Elena Escalón.
Con los
acuerdos alcanzados entre demandante y demandado no solo se ha propiciado un
ambiente armonioso sino que, además, se ha evitado hechos más graves como
agresiones físicas y verbales, lesiones y hasta homicidios, más en un país tan
violento como El Salvador que registra un alto promedio diario de homicidios.
La dinámica
de estos procesos es simple y sencilla, asegura Escalón. Comienza con el
interesado, quien acude a la Procuraduría para exponer su situación.
Uno de los
48 profesionales destacados en la sede central y en las 17 oficinas en el
interior del país, examina el caso y determina si es posible resolverlo con
mediación alterna de conflicto o requiere de un proceso judicial, explicó.
Como
requisito las personas se presentan con su Documento Único de Identidad (DUI)
para iniciar el proceso.
Luego de
explicar su caso, el mediador pregunta qué día y hora le queda bien para convocar
a la persona demandada a una reunión.
Además, el
árbitro se asegura con la víctima de que establezca si la persona que será
convocada tiene la posibilidad de asistir. El interesado debe, primero,
asegurarse de la dirección e identidad completa del demandado, nombres y
apellidos, colonia, casa, polígono, sendas, pasaje, municipio y departamento.
Por lo
general estas reuniones son programadas a más tardar con una semana de
anticipación.
La sesión
no dura más de dos horas; el promedio de los casos tarda una hora y media.
En un 80 y
90 por ciento, los inconvenientes bajo este esquema ha sido resueltos
satisfactoriamente para las partes en conflicto. En su mayoría no requieren más
que dos reuniones.
El éxito de
las audiencia tienen que ver con las técnicas que utiliza el mediador. De
llegar a un acuerdo, se levanta un acta que luego es firmada por las partes, el
cual es de fiel cumplimiento .
"Es un
compromiso de dos partes ante un tercero, en el que el 90 por ciento la
cumple", aseguró Escalón.
Aunque se
debería dar seguimiento al cumplimiento de los acuerdos, esta fase no es
posible en todos los casos por falta de personal, excepto en procesos donde se
fija una cuota alimenticia para un niño, que debe ser verificado en tres y seis
meses.
En caso de
ser negativo, la madre demandante tiene la opción de convocarlo nuevamente a
una cita de mediación o acudir a un tribunal de justicia, donde el acuerdo
incumplido en la mediación es prueba contra el señalado.
"El
acuerdo incumplido de mediación tiene fuerza ejecutiva y se puede anexar a un
proceso judicial como prueba", asegura la funcionaria.
La
mediación es sostenible en el tiempo en un 90 por ciento, es decir que la
conducta denunciada no se repite en perjuicio de la víctima, indicó Escalón.
Los casos
familiares, aunque parecieran más fáciles de resolver, no lo son. Figuran entre
el 10 por ciento en los que no se tiene efectividad, afirmó la coordinadora.
Las
pandillas obstaculizan proceso
En los
últimos años, la mediación se ha visto afectado por la presencia de las
pandillas en las diversas colonias y comunidades del país.
La
Procuraduría por lo general envía los citatorios a través de una empresa de
mensajería privada, que devuelve la correspondencia por amenazas de las maras.
La gravedad
ha llegado al extremo, aseguran los funcionarios de la PGR, que la Policía
Nacional Civil para evitar hechos lamentables (golpizas, lesiones e incluso
homicidios), en esas zonas ha advertido del nivel de peligrosidad y de alto
riesgo a los empleados de correos privados. La situación ha rayado con el
peligro que expresamente les recomienda no visitarlos.
En esos
lugares, asegura la PGR, la PNC, les apoya llevando los citatorios a los
convocados, así como los mensajeros de la Corte Suprema de Justicia y tribunales.
Este ha
sido uno de los tropiezos que ha tenido la mediación de conflictos en el país
en los últimos años, pues no se ha podido hacer llegar la cita al demandando.
De tal
manera que se instalan las audiencias, pero las mismas se suspenden por inasistencia
del citado, explicó Escalón.
Por lo
general, la persona convocada, cuando se localiza, alega que no recibió el
citatorio en el tiempo estipulado y que por eso no asistió a la audiencia.
Estos hechos se dan más que todo en San Salvador, Santa Tecla, Soyapango, San
Martín, Mejicanos y Apopa.
Cada zona
del país presenta particularidades. Por ejemplo, en San Salvador predominan los
conflictos familiares; en Santa Ana, los problemas que destacan son
patrimoniales, es decir por deudas e inquilinatos porque no firmaron contrato
de arrendamiento y el inquilino no quiere pagar. Los afectados agotan la
mediación como primer salida a estos conflictos.
En cuanto a
La Unión y Metapán, la mayoría de disputas tienen que ver por divergencias
vecinales, entre tanto, en el resto del país sobresalen los hechos
patrimoniales y familiares
El 40 por
ciento de los procesos de mediación de todo el país se registra en el
departamento de Salvador. El 60 por ciento restante proviene de Santa Tecla,
San Miguel, Santa Ana y el resto de departamentos. El que menor incidentes
lleva a estos centros es la población metapaneca.
"Lo
más importante en la mediación es que la gente sale de las reuniones
reflexionando", dice la coordinadora.
Jaime López. ElSalvador.com. El Salvador, 06/06/15
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=47859&idArt=9720991
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