720. Mediación para un tirano

El Justo Medio: Mediación para la Paz

"Mediación para un tirano"

José Benito Pérez Sauceda

Desde 1969 Muamar el Gadafi detenta el poder en Libia. Ante las recientes, legítimas y pacificas manifestaciones ciudadanas pidiendo una verdadera democracia en la región, Gadafi reaccionó atacando a su propio pueblo, quien contaba únicamente con las armas de la palabra, la participación y la razón.

Gadafi utilizó todo el poder para aplastar las voces en discordia, primero: bloqueando el acceso a internet, segundo: deteniendo a activistas de derechos humanos, tercero: reprimiendo las manifestaciones no violentas populares y cuarto: masacrando a militares que se negaron a disparar contra la población civil.

Viendo la fuerza de la oposición contra Gadafi, Hugo Chávez presidente de Venezuela, hizo un llamado urgente para realizar una Mediación que ponga fin a la violencia en ese país.

Nadie en su juicio puede negarse a realizar una labor tan noble como la Mediación, lo que sí cuestionamos son los verdaderos intereses de Chávez en ella y no las posiciones que manifiesta.

Para Chávez, la caída de un aliado político como Gadafi tendría un impacto importante, el mandatario venezolano se ha manifestado preocupado por la situación de Gadafi, pero no se ha manifestado sobre la opresión que el tirano realiza a su propio pueblo. El “pacifismo” de Chávez bien podría ser una estrategia para ganarle tiempo al dictador libio y a la larga, mantenerlo en el poder.

El Mediador por naturaleza debe ser neutral, queda claro que Chávez y cualquiera de sus afines no cumplirían con esa característica. La Mediación es un medio de resolución de conflictos que fomenta la participación y la responsabilidad de las partes, es decir, sea cual fuere el acuerdo de dicho método alternativo, Gadafi debe responder por las violaciones flagrantes a los derechos humanos que ha cometido. La Mediación no es una herramienta que pueda ser utilizada por bribones sólo como mediada dilatoria, por ello, es muy importante determinar cuándo es posible llevar a cabo una Negociación o una Mediación y cuándo es preferible buscar otra salida.

Un ejemplo importante lo tenemos en la Conferencia de Múnich en 1938. En aquel entonces, Alemania había reconstruido su armada destruida durante la primera guerra mundial, ocupó Austria y presionaba a las potencias europeas para lograr nuevas conquistas.

Los alemanes ahora pretendían la región de los Sudetes, perteneciente a Checoslovaquia, argumentando que la mayoría de los habitantes en esa región era de habla alemana.

El primer ministro de Inglaterra, Chamberlain manifestó su intención de ceder a tales peticiones con tal de evitar una guerra. Dicha Negociación fue realizada en una arbitraria Mediación llevada nada menos que por el dictador italiano Benito Mussolini.

En realidad, Hitler recurría a la Negociación porque la inteligencia nazi le había hecho ver que todavía no estaban listos para atacar Checoslovaquia, que Mussolini no estaba decidido aún a apoyarle en una guerra y que en caso de que existiera apoyo francés a los Checos la derrota alemana sería inevitable.

Por temor al conflicto Chamberlain buscó conceder las peticiones alemanas, dándole a Hitler el tiempo necesario para armarse. Checoslovaquia, la principal afectada, no fue tomada en cuenta en la Negociación.

Ante la sorpresa de Hitler, Chamberlain consiguió todo lo que pedía, ante lo cual respondió pidiendo más pues no tenía interés en llegar a un acuerdo, pues ya contaba con el arsenal suficiente para la guerra. La consecuencia de tan grotesca Mediación, fue el inicio del conflicto bélico que le costaría la vida a 25 millones de personas.

La Mediación no puede ir en contra de la Ley, ni de los valores de una Cultura de Paz. La Mediación no puede ser instrumento para mantener tiranos en el poder, so pretexto de evitar un conflicto, pues de una Mediación o Negociación viciada nada bueno puede resultar.

El hombre puede hacer la paz o la guerra y no lo hace menos lo uno o lo otro, lo que lo pierde es la elección del método de resolución de conflictos equivocado.

Citando al mismo Gandhi: “En caso de que la única elección fuera entre la cobardía y la violencia, yo escogería la violencia. La No Violencia no es una justificación para el cobarde, sino la suprema virtud del valiente. La cobardía es absolutamente incompatible con la No Violencia. Ningún hombre puede ser activamente no violento si no se rebela contras las injusticias sociales donde quiera que se den”.

Una Mediación mal llevada, una Mediación equivocada, basada en criterios errados puede ser tan dañina como la guerra misma, por ello es vital el estudio del conflicto para poder determinar la estrategia correcta que lo resuelva en verdad.

Una Mediación para mantener un régimen dictatorial, que atropella los derechos humanos y atenta contra la Cultura de Paz, que no está basada en la Cultura de la Verdad, es una simulación más, un ardid maquiavélico, que nos previene de cómo los tiranos se pueden valer hasta de las más nobles herramientas para lograr sus propósitos.

José Benito Pérez Sauceda. Maestro en Ciencias con especialidad en Métodos Alternos de Solución de Controversias y Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL; Candidato a Doctor en Derecho por la UANL; Coordinador-fundador del Comité de Fomento e Investigación de la Cultura de Mediación del Colegio de Mediadores de Nuevo León. Actualmente Catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología y Facultad de Ciencias Químicas en MASC, también se ha desempañado como Profesor de Negociación en la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública. Autor de más de 10 artículos jurídico-científicos. Creador e impartidor de cursos y diplomados en Negociación, Mediación y Cultura de Paz. Conferencista a nivel nacional e internacional sobre MASC y Cultura de Paz. Creador-Coordinador de los sitios: “Mediación Monterrey” y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey". http://josebenitoperezsauceda.blogspot.com/, licbenitoperezsauceda@yahoo.com.mx, josebenitoperezsauceda@hotmail.com