Mundo Mediación
Mediación Penal
Patagonia, Chile. Una condena en un juicio no es la única salida a los conflictos penales que, día a día, llegan a las fiscalías. A veces la participación de una persona neutral permite soluciones rápidas y consensuadas entre víctimas e imputados.
Por tal motivo la Fiscalía Regional de Magallanes y el Centro de Mediación de la Corporación de Asistencia Judicial, pusieron en marcha, en Punta Arenas, un moderno sistema de resolución de conflictos penales denominado “mediación penal”.
Este nuevo procedimiento consiste en que un tercero, perteneciente al Centro de Mediación de la Corporación de Asistencia Judicial en Punta Arenas, ayuda a las partes (víctima e imputado) a resolver su disputa. Importante es destacar que el mediador es un facilitador, no un juez. El o ella no tienen autoridad para imponer una decisión con valor vinculante.
Alfredo Fonseca Mihovilovic, director ejecutivo regional de la fiscalía en Magallanes y responsable del proyecto indicó que “la mediación penal ya se está aplicando con éxito en varias regiones del país, a las cuales se ha unido, desde marzo de este año, la fiscalía local de Punta Arenas, producto de un convenio nacional entre la Corporación de Asistencia Judicial y la Fiscalía de Chile”.
Aseveró que “en los juicios orales por regla general se ven casos de gravedad, donde son afectados bienes jurídicos como la vida, la integridad física, la indemnidad sexual, la libertad o la propiedad de una persona, entre ellos las violaciones, los abusos sexuales, los homicidios, los robos con violencia o intimidación”, sin embargo, explicó que “existe una amplia gama de delitos, como por ejemplo, las amenazas, las lesiones leves, las estafas, los daños simples, entre los más recurrentes, en que se puede optar por buscar soluciones de mejor calidad para la víctima y el imputado, privilegiando los acuerdos reparatorios y las suspensiones condicionales del procedimiento”.
Agregó que “muchas veces una condena deja resuelto formalmente el caso para el Estado, pero insatisfechas a las partes”, en cambio “con esta herramienta, tanto víctimas como imputados, pueden configurar y determinar el contenido de la solución a sus problemas y así obtener soluciones penales de calidad, que consideran el sufrimiento de la víctima y que reafirman la responsabilidad del ofensor, ofreciéndole la posibilidad de reparar el mal causado con su actuación fuera de la ley”.
Cabe indicar que las salidas alternativas alcanzadas en la mediación, reemplazan a las condenas y las soluciones pueden ser muy variadas, como el pago del imputado de una indemnización y del daño efectuado a la víctima, el compromiso de pintar una pared dañada, pedir disculpas, no repetir conductas ilícitas como amenazar a una persona o pagar el tratamiento médico de la víctima por las lesiones producidas a consecuencia del delito, entre otros.
¿Cómo funciona?
Cada semana, diversos casos son enviados desde la fiscalía local al Centro de Mediación. El procedimiento comienza con la citación individual de las partes con el fin de llegar a un acuerdo. Allí la mediadora les explica, tanto a la víctima como al imputado, los alcances judiciales del caso y la posibilidad de una salida alternativa vía mediación.
Si se acepta la mediación y hay un acuerdo de calidad para solucionar el conflicto sin ir a juicio, se informa a la fiscalía y el procedimiento se cierra ante el juez de Garantía, en una audiencia donde el fiscal solicita la aprobación del acuerdo reparatorio o de la suspensión condicional del procedimiento, en los términos acordados por las partes durante el proceso de mediación. El sistema es rápido, pues, dependiendo de la complejidad del caso, los acuerdos se logran en un período que no supera los veinte a treinta días.
Si las partes no aceptan la mediación, la causa seguirá su curso normal en la fiscalía, pues es requisito indispensable para este sistema contar con la plena voluntad y acuerdo de las partes.
Por tal motivo la Fiscalía Regional de Magallanes y el Centro de Mediación de la Corporación de Asistencia Judicial, pusieron en marcha, en Punta Arenas, un moderno sistema de resolución de conflictos penales denominado “mediación penal”.
Este nuevo procedimiento consiste en que un tercero, perteneciente al Centro de Mediación de la Corporación de Asistencia Judicial en Punta Arenas, ayuda a las partes (víctima e imputado) a resolver su disputa. Importante es destacar que el mediador es un facilitador, no un juez. El o ella no tienen autoridad para imponer una decisión con valor vinculante.
Alfredo Fonseca Mihovilovic, director ejecutivo regional de la fiscalía en Magallanes y responsable del proyecto indicó que “la mediación penal ya se está aplicando con éxito en varias regiones del país, a las cuales se ha unido, desde marzo de este año, la fiscalía local de Punta Arenas, producto de un convenio nacional entre la Corporación de Asistencia Judicial y la Fiscalía de Chile”.
Aseveró que “en los juicios orales por regla general se ven casos de gravedad, donde son afectados bienes jurídicos como la vida, la integridad física, la indemnidad sexual, la libertad o la propiedad de una persona, entre ellos las violaciones, los abusos sexuales, los homicidios, los robos con violencia o intimidación”, sin embargo, explicó que “existe una amplia gama de delitos, como por ejemplo, las amenazas, las lesiones leves, las estafas, los daños simples, entre los más recurrentes, en que se puede optar por buscar soluciones de mejor calidad para la víctima y el imputado, privilegiando los acuerdos reparatorios y las suspensiones condicionales del procedimiento”.
Agregó que “muchas veces una condena deja resuelto formalmente el caso para el Estado, pero insatisfechas a las partes”, en cambio “con esta herramienta, tanto víctimas como imputados, pueden configurar y determinar el contenido de la solución a sus problemas y así obtener soluciones penales de calidad, que consideran el sufrimiento de la víctima y que reafirman la responsabilidad del ofensor, ofreciéndole la posibilidad de reparar el mal causado con su actuación fuera de la ley”.
Cabe indicar que las salidas alternativas alcanzadas en la mediación, reemplazan a las condenas y las soluciones pueden ser muy variadas, como el pago del imputado de una indemnización y del daño efectuado a la víctima, el compromiso de pintar una pared dañada, pedir disculpas, no repetir conductas ilícitas como amenazar a una persona o pagar el tratamiento médico de la víctima por las lesiones producidas a consecuencia del delito, entre otros.
¿Cómo funciona?
Cada semana, diversos casos son enviados desde la fiscalía local al Centro de Mediación. El procedimiento comienza con la citación individual de las partes con el fin de llegar a un acuerdo. Allí la mediadora les explica, tanto a la víctima como al imputado, los alcances judiciales del caso y la posibilidad de una salida alternativa vía mediación.
Si se acepta la mediación y hay un acuerdo de calidad para solucionar el conflicto sin ir a juicio, se informa a la fiscalía y el procedimiento se cierra ante el juez de Garantía, en una audiencia donde el fiscal solicita la aprobación del acuerdo reparatorio o de la suspensión condicional del procedimiento, en los términos acordados por las partes durante el proceso de mediación. El sistema es rápido, pues, dependiendo de la complejidad del caso, los acuerdos se logran en un período que no supera los veinte a treinta días.
Si las partes no aceptan la mediación, la causa seguirá su curso normal en la fiscalía, pues es requisito indispensable para este sistema contar con la plena voluntad y acuerdo de las partes.
Nota publicada el 29 de Marzo de 2010 en el sitio "El Pinguino.com"
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