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Más allá de la Neutralidad: Las habilidades del Mediador


Mediación Monterrey: Artículos
Por Emilio Rodríguez Rodríguez
"No se le puede enseñar nada a un hombre; sólo se le puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de sí mismo”
-Galileo Galilei.
Sumario: Introducción; 1. Disposiciones Emocionales en los Individuos; 2. Escucha Activa; 3. Rapport; 4. Empatía; 5.Parafraseo; 6. Preguntas; 7. Programación Neurolinguística; Conclusiones; Bibliografía.
Introducción

La Ley de Métodos Alternos del Estado de Nuevo León define a la mediación[1] como un método alterno no adversarial, a través del cual en un conflicto interviene un prestador de servicios de métodos alternos o varias personas con cualidades de independencia, neutralidad, imparcialidad, confidencialidad y capacidad, denominadas prestadores de servicios de métodos alternos, quienes sin tener facultad de decisión en las bases del acuerdo que se pudiera lograr, ni de emitir juicio o sentencia, facilitan la comunicación entre los participantes en conflicto, con el propósito de que tomen el control del mismo y arriben voluntariamente a una solución que le ponga fin total o parcialmente. El prestador de servicios de métodos alternos deberá tener cualidades de independencia, neutralidad, imparcialidad, confidencialidad y capacidad, los cuales no deciden sobre el resultado final del convenio, como tampoco puede emitir juicios sobre el mismo proceso, solamente facilitan la comunicación entre los participantes, con el propósito que se arribe a un acuerdo que ha sido trabajado por las mismas partes, lo que da la posibilidad que dicho acuerdo sea un acuerdo duradero.[2]
Ahora bien a partir de estos conceptos, debemos preguntarnos ¿Cómo y qué es lo que tiene que hacer y saber el mediador para lograr que las partes se pongan de acuerdo sin que éste proponga o sugiera una solución a su conflicto? En efecto el procedimiento de mediación es de gran valor en la solución de conflictos de naturaleza familiar, civil, vecinal, y penal; es determinante que dicho procedimiento sea aplicado en forma eficiente, mucha gente ignora, que no basta utilizar el sentido común y la buena voluntad de una persona ya sea abogado, juez, psicólogo o en su caso mediador, debe aplicar una serie de técnicas y habilidades importantísimas con la finalidad de que las partes en conflicto tengan la posibilidad de llegar a un acuerdo satisfactorio para ambos y sobre todo que dicho acuerdo sea respetado por los mediados, para lograr mediar en los términos del concepto legal antes mencionado.
Cuando se habla de mediador generalmente lo ubicamos como una persona con grandes cualidades es decir que entiende el conflicto humano, que conoce el comportamiento de las personas en las que subyacen un sin fin de emociones que generalmente no son conscientes y que además puede y tiene la habilidad de contener esas emociones sin perder de vista la naturaleza del conflicto; además suponemos que su talento requiere que se perfile como una persona flexible, tolerante creativo, capaz de tener empatía por el otro pero que al mismo tiempo tenga comprensión y pueda mantenerse en una genuina neutralidad en la relación con las dos partes que están en conflicto, también sugiere esta tarea que el mediador tenga la habilidad de comunicar los mensajes claros, precisos y oportunos con una asertividad en el lenguaje sin pisotear los derechos de los otros y dándole un buen sentido del humor al acto de la mediación, y requiere pues, de una creatividad en la construcción de las alternativas para que con esa habilidad vaya arribando a las partes a los acuerdos, y que éstos, sean tales, que dejen muy clara la forma de auto respeto, que ayuda a visualizar la credibilidad y a sentir la confianza en los mediados para resolver sus conflictos, así mismo, el mediador deberá contar con el perfil apropiado para desempeñar su papel, así como de contar con una serie de habilidades personales con la única finalidad de ganarse la confianza de las partes en conflicto, y éstas puedan hablar en forma abierta y sincera que hagan el procedimiento confiable para todos.
1. Disposiciones Emocionales en los Individuos.
Los sociobiólogos señalan el predominio del corazón sobre la cabeza en momentos cruciales, cuando hacen conjeturas acerca de por qué la evolución ha dado a las emociones un papel tan importante en la psiquis humana. Nuestras emociones, nos guían cuando se trata de enfrentar momentos difíciles y tareas demasiado importantes para dejarlas sólo en manos del intelecto: los peligros, las pérdidas dolorosas, la persistencia hacia una meta a pesar de los fracasos, los vínculos con un compañero, la formación de una familia. Cada emoción ofrece una disposición definida a actuar; cada una nos señala una dirección que ha funcionado bien para ocuparse de los desafíos repetidos de la vida humana. Una visión humana que pasa por alto el poder de las emociones es lamentablemente miope. El nombre mismo de Homo sapiens, la especie pensante, resulta engañoso a la luz de la nueva valoración y visión que ofrece la ciencia, cuando se trata de dar forma a nuestras decisiones y a nuestras acciones, los sentimientos cuentan tanto como el pensamiento, y a menudo más. Hemos llegado muy lejos en lo que se refiere a destacar el valor del significado de lo puramente racional, lo que mide el cociente intelectual, en la vida humana. Para bien o para mal, la inteligencia puede no tener la menor importancia cuando dominan las emociones.[3]
Existen dos formas fundamentales diferentes de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental. Una la mente racional, es la forma de comprensión de la que somos típicamente conscientes: más destacada en cuanto a la conciencia, reflexiva, capaz de analizar y meditar. Pero junto a este existe otro sistema de conocimiento, impulsivo y poderoso, aunque a veces ilógico: la mente emocional. Existe un declive constante en el índice del control racional- a- emocional sobre la mente; cuanto mas intenso es el sentimiento, más dominante se vuelve la mente emocional, y más ineficaz la racional. En muchos momentos, o en la mayoría de ellos, estas mentes están exquisitamente coordinadas; los sentimientos son esenciales para el pensamiento, y el pensamiento lo es para el sentimiento. Pero cuando aparecen las pasiones, la balanza se inclina: es la mente emocional la que domina y aplasta a la mente racional.[4]
El mediador primero que nada debe ser consciente que en el proceso mediación se trata con seres humanos y que tal como se dijo anteriormente somos altamente emocionales, esto influye en la toma de decisiones que marcan y dan sentido a nuestras vidas, por ello debemos reconocer que el sentimiento se encuentra en todos los procesos de mediación, el mediador deberá reconocerlos pero también respetarlos, esto ayuda en gran medida para no juzgar la actitud de las partes en conflicto, respetar las emociones es respetar uno de los principios fundamentales del proceso de mediación: la imparcialidad y neutralidad.
Las partes a menudo experimentan frustración y dificultades en las negociaciones para llegar a un acuerdo. Además de los problemas intrínsecos derivados del hecho de que las artes que intervienen en una negociación tienen puntos de vista opuestos y objetivos encontrados, como también los antagonismos personales, que dificultan el proceso de mediación. La intervención de un mediador suele cambiar la dinámica de la mediación, así mismo las emociones afectan la conducta del hombre en todos los sentidos por ejemplo: Hilda Marchiori describe el concepto de delito desde el punto de vista clínico, la conducta que realiza un hombre en un momento determinado de su vida y en circunstancias especiales para él y que ha enfrentado a una problemática conflictiva y que la ha resuelto a través de medios agresivos y violentos. Se ha observado que muchos individuos que llegan a una institución penitenciaria se caracterizan por no tener antecedentes penales, por haber desarrollado un modo de vida aparentemente adaptado sin una marcada agresividad, con una vida laboral y familiar estable. El delito en estos casos irrumpe de manera repentina en contraste con el modo de vida de este individuo. Pero esta pseudoestabilidad emocional está relacionada a su historia personal, con acentuadas frustraciones, dificultades y problemas que conducen a una descarga impulsiva y agresiva en un momento y circunstancias especiales.[5] Esto nos da cuenta que las emociones son parte del conflicto y el mediador debe aprender a convivir con estas emociones, sin que esto afecte el resultado final del proceso de mediación: el acuerdo.
En una mediación, particularmente en una disputa severa, los sentimientos pueden ser más importantes que lo que se diga. Las partes pueden estar más preparadas para la batalla que para cooperar y lograr una solución de un problema común. Las personas con mucha frecuencia llegan ante una negociación comprendiendo que los intereses son muchos y se sienten amenazados. Las emociones de una de las partes generarán emociones en la otra. El temor puede alimentar la hostilidad, y ésta temor. Las emociones pueden llevar con suma rapidez a una negociación o mediación a un callejón sin salida o a un final. Las técnicas y habilidades representan para el mediador herramientas indispensables para ayudar a las partes a encontrar una solución a los problemas que éstos enfrentan, dichas técnicas y habilidades tales como la escucha activa, el rapport, la empatía, el uso de las preguntas y por que no la programación neurolinguistica, que el mediador podrá aplicar en forma discrecional debido a que la mediación se caracteriza por ser un procedimiento informal y flexible, además que no todos los casos son iguales y el mediador aplicara los mismos según el caso lo amerite.
2. Escucha Activa.
Escuchar implica un proceso mental más sofisticado que oír, exige más energía y disciplina. Oír es un proceso pasivo; escuchar es un proceso activo que requiere el deseo de poner el oído a buen uso. Podemos tener un oído excelente pero ser malos para escuchar. Por encima de la escritura y la lectura, la escucha es el mecanismo más empleado para obtener información. Pasamos años aprendiendo a hablar, leer y escribir, pero rara vez nos instruimos en el arte de escuchar. Escuchar es una habilidad que es posible desarrollar y que, está íntimamente ligada con el nivel de atención, concentración, desarrollo del lenguaje, facilidad para el aprendizaje, ajuste social y bienestar emocional. Los especialistas afirman que las emociones dificultan la atención, distorsionan lo que oímos y nos impiden concentrarnos en lo que se dice; otro impedimento emocional para la capacidad de escuchar: la preocupación por lo que se va a contestar.
Los seres humanos solemos pensar con más rapidez de lo que somos capaces de hablar. Concentrarnos en las palabras de nuestro interlocutor nos ayuda a ir por partes y nos impide adelantarnos a lo que se va a decir. Oír se puede sin necesidad de poner atención, escuchar significa intentar comprender, el significado de lo que la otra persona pretende comunicarnos a través del sentido auditivo. El prestar seria atención a las partes en el proceso de mediación, y que estas se percaten de que está ocurriendo de esta manera, es esencial para lograr la misión del mediador. Recordemos que algo que las partes generalmente echan de menos, es que alguien les preste atención a sus respectivas percepciones de lo que está ocurriendo.[6] La escucha activa es la habilidad para asimilar la información que se recibe con los componentes digitales y analógicos de quien emite el mensaje.
3. Rapport.
Cuando se dice que una persona tiene un buen rapport con otra se está diciendo que ambas vibran en la misma nota, o tienen afinidades o sintonía. Es como si dijéramos que tienen cosas parecidas o que se parecen entre ellas. El rapport por lo general ocurre naturalmente y se da espontáneamente pero se puede provocar. Cuando nos cuesta entrar en comunicación con alguien, se puede provocar el rapport de diferentes modos. Si se trata de que la persona se encuentre tan cómoda como uno con su mejor amigo, entonces se podrá tratar de ser como un espejo de él. Esto se puede lograr de cinco modos: 1-Con los accesos oculares – la mirada, 2-Con la postura corporal, 3-Con la voz: Ritmo: apurado, miedo, lento, Volumen: bajo, medio, alto, Tono: agudo, grave, llano débil, claro, fuerte, nasal, etc., 4-Con la respiración, 5-Con el lenguaje.
Adoptando semejantes accesos oculares, postura corporal, voz en su tono, volumen y ritmo, respiración y lenguaje se puede lograr el rapport con todos los elementos al mismo tiempo, sin embargo es posible desarrollar esta habilidad con la práctica.[7] Es así como el mediador y las partes tienden a moverse al mismo tiempo, o hacer gestos similares o asumir actitudes analógicas. La sincronización de los ritmos biológicos puede tener gran relevancia al realizar rapport entre el mediador y las partes. Una forma de producirlo es la copia de las pautas respiratorias, donde puede alinearse el ritmo de la voz, los movimientos o la respiración, en concordancia con los demás miembros del cuerpo. El acompasamiento es una destreza que se puede aprender, y los practican mediadores expertos. Al compensar el lenguaje corporal de la persona con la que está comunicándose, de una forma no afectada, puede crear sensación de armonía que se aplicaría si usted perteneciera de manera natural a la misma preferencia de pensamiento. Los buenos mediadores frecuentemente exhiben estas habilidades[8].
Algunos elementos pare establecer un mejor rapport son:
a) El tono de voz: Con frecuencia, se comunica más a través del tono de voz que por las palabras que se utilizan. Podemos decir: “¿Qué desea?” en muchos tonos diferentes. Según cual sea el tono de voz, dichas palabras pueden comunicar amenaza, seducción, todo servicial, desdén o aceptación. En general, los tonos de voz de alto volumen tienen la ventaja de obtener la atención y lograr un objetivo definitivo, pero tienen también el efecto de alejar a las personas y de amenazarlas. Las voces tranquilas o suaves suelen acercar a los demás, literalmente, hacen que los demás se acerquen y los invitan a relajarse y sentirse seguros. Al mismo tiempo, estos tonos de voz pueden hacer que se sienta ignorado o que lo tomen poco en serio. Use el tono de voz en beneficio propio. Sea firme cuando deba serlo, cordial, cálido y sugerente cuando desee establecer un mejor rapport. Y sea congruente (que las palabras y el tono de voz concuerden) cuando quiera manifestar confianza;
b) Respiración: Tenemos un ritmo inconsciente que trasladamos al otro con nuestra respiración. Si desea establecer rapport, haga coincidir su respiración con el de la otra persona. Si quiere acelerar la conversación, sólo haga coincidir su respiración con los de los demás y luego comience a respirar más rápido. Si no es demasiado obvio, puede hacer que la otra persona acelere o desacelere inconscientemente su ritmo de conversación sencillamente cambiando su propio ritmo de la respiración. Se puede lograr el mismo efecto acelerando o desacelerando el ritmo de la conversación;
c) Haga coincidir los predicados: Casi todos usamos un elemento para representar nuestras experiencias. Usted puede identificar la señal sensorial favorita de una persona prestando atención a los tipos de predicados que utiliza. Algunas personas utilizan predicados visuales primarios (“Me resulta claro que……” “Veo qué quiere decir”). Otros usan predicados fundamentalmente auditivos (“Escucho lo que está diciendo”, “Me suena como si lo hubiera pensado”). Otros usan fundamentalmente predicados cinestésicos (“Aún estoy intentando coger el mango de lo que dijo”, “En realidad todavía no puede conectar con lo que dijo”). Usted puede ayudar a establecer un rapport con los demás usando predicados similares. De esta manera, usted crea una congruencia, porque los demás sienten que se los comprende mejor. [9]
4. Empatía.
Proviene de la palabra griega empatheia que significa “sentir dentro”y consiste en una comprensión respetuosa de lo que los demás experimentan. Por medio de la empatía compartimos de una manera más plena la experiencia de otra persona: sus pensamientos, sentimientos y actitudes. Se define como el proceso de identificación con una persona que permite comprender sus emociones A través de la empatía nos ponemos en los zapatos de otra persona, siendo ésta la capacidad o habilidad de saber lo que otro siente.
El elemento clave de la empatía es la presencia, que nos permite ponernos en el lugar de la otra persona y entender lo que le está pasando. Esta presencia es lo que distingue la empatía de cualquier otro tipo de comprensión o simpatía de tipo mental. Una de las características de los que están participando en un conflicto y que se encuentran con dificultades para resolverlo de manera pacifica es la fuerte carga emocional que sienten y la dificultad para ponerle palabras adecuadas a sus emociones. Para que el facilitador pueda ponerle palabras adecuadas a las emociones de las partes en un conflicto primero tiene que ser capaz de reconocer qué están sintiendo las partes, o sea, a ser empáticos.[10]
Ponerse mentalmente en el lugar de otro para poder comprender desde adentro es una habilidad no demasiado habitual. Comprender desde el fondo del corazón cómo está sintiendo y pensando otra persona requiere de inocencia en el pensamiento, una libertad interior del miedo creer que si uno suspende transitoriamente sus esquemas mentales, pierde. Implica anonadarse, anular, dejar de lado el yo y sus identificaciones por un breve lapso de tiempo, hacer un vacío, para que pueda entrar en el mundo del otro. En lugar de la empatía, solemos caer en cambio, en la tendencia de dar consejos a tranquilizar o a explicar cuál es nuestra postura o sentimientos. La empatía, en cambio, requiere centrar toda nuestra atención en el mensaje que nos transmite la otra persona. Damos a los demás el tiempo y el espacio que necesitan para expresarse plenamente y sentirse comprendidos.
5- Parafraseo.
Una de las técnicas más eficaces de los mediadores para lograr una comunicación adecuada con y entre las partes, es parafrasear constantemente sin interrumpir sus intervenciones. El uso del parafraseo ayuda a las partes a dialogar aunque sea a través del mediador en tanto se logra sacar de su trinchera, a cada una; esto ya representa un paso hacia el acercamiento. En conflictos interpersonales el mediador debe parafrasear para demostrar que escucha lo que se dice, que intenta atender en serio y que se le ha comprendido a fondo lo que se le ha explicado hasta el momento. Todo esto puede inducir a una mayor credibilidad acerca de las posibilidades de que pueda regular el conflicto para su solución. Parafrasear no sólo sirve al mediador para intentar establecer su papel sino que constituye un signo evidente de que lo está logrando.
Si el objetivo del mediador de lograr una buena comunicación entre las partes, entonces el combate verbal puede convertirse en un intercambio profundo de información en la cual, cada una de las partes pueden llegar a exponer junto a los hechos sus sentimientos acerca del asunto controvertido; esto es indiscutiblemente ayudará en cierta medida, a comprender las motivaciones que tuvieron para actuar, omitir, pensar o decir en la forma en que lo hicieron[11]. El mediador o receptor escucha el mensaje y lo replantea, empleando palabras distintas a las expresadas por quien transmite el mensaje.
En el marco de la mediación, una de las partes debe escuchar sin interrumpir cuando la otra parte habla y después alguien imparcial sintetiza lo dicho, poniéndolo en términos desprovistos de agresividad y de apasionamiento, al que habló ya le resulta más fácil escuchar lo que la otra parte tiene para decir, porque puede esperar más tranquilamente la “traducción” o él parafraseo desapasionado. Para confirmar si hemos entendido bien lo que quiere transmitirnos la otra persona, debemos parafrasear la conversación que hemos tenido con ella. Si al parafrasear resulta que nos hemos equivocado, la otra tendrá ocasión de corregirnos. Otra de las ventajas de revisar la conversación es que brinda a la otra persona la oportunidad de profundizar en lo que se nos ha dicho. Debe centrarse en el que habla, y en lo que acaba de decir. Al parafrasear lo ideal es identificar sentimientos y hechos e incluirlos en una frase. Ejemplo: “!No te puedes fiar de Juan! ¡Es un ladrón nunca me ha pagado el dinero que me debe. Ayer tenía que devolverme el dinero y no lo hizo.” Parafraseo: “Parece que te sentiste engañado (sentimiento) cuando Juan no te pagó el dinero ayer (hecho)”. Debe estar libre de juicios y de valoraciones personales.”
Cuanto más practiquemos en este sentido, más comprenderemos una verdad muy simple detrás de todas las palabras que permitimos que nos intimiden no hay más que unos seres humanos con unas necesidades insatisfechas que nos piden que contribuyamos a su bienestar. El mediador que no conoce ni hace uso de todas las técnicas para lograr una adecuada comunicación en sus procesos, nunca podrá afianzar la eficacia de éstos. La comunicación entre las partes y entre ellas y el mediador, son al proceso de mediación como la propia existencia del proceso.
6- Preguntas.
El preguntar es una de las técnicas más privilegiadas en la mediación o en cualquier situación que requiera que se cambien los mapas. Aunque no se trate de intervenir para resolver un conflicto, el saber preguntar adecuadamente, tanto a los otros como a uno mismo, cuando se está viviendo un estado emocional que traba o entorpece la comunicación, es un recurso que resulta de muchísima utilidad. Preguntando adecuadamente se puede ayudar a cambiar los mapas que están originando las emociones que se pueden o quieren cambiar. Cuando las personas se encuentran trabadas en un conflicto o situación problemática, generalmente es porque generalmente hacen las mismas preguntas o creen que hay una sola respuesta correcta. El poder tener muchas posibles respuestas ayuda a encontrar buenas soluciones [12]
Dominar el arte de preguntar, ofrece grandes beneficios: permite recabar la información necesaria, crea un ambiente de confianza. La habilidad de preguntar correctamente en el momento oportuno es crítica para el proceso de comunicación e invaluable para el mediador. Una forma de ayudar a las partes a ver el problema desde otro ángulo es realizar nuevas preguntas que las partes aún no se han hecho. El preguntar genera diferencias. Cuando una persona puede hacerse preguntas que antes no se hizo, puede tener la posibilidad de salirse del juego repetitivo. Las preguntas que generan diferencias llevan a respuestas nuevas y por lo tanto a nuevas percepciones.
7. Programación Neurolinguística.
Se define como la forma en que podemos programar nuestros propios pensamientos y comportamiento. “Neuro” se refiere a procesos neurológicos de ver, sentir, gustar y oler: los sentidos que empleamos para los procesos de pensamientos interiores a la vez que para experimentar el mundo exterior. Toda nuestra comprensión, y lo que descubrimos como conciencia, llega a través de ventanas neurales que desempeña el lenguaje que dan a nuestro cerebro. El término “Lingüística” reconoce la parte que desempeña el lenguaje, tanto en nuestra comunicación con otros, como en el modo en que organizamos nuestros pensamientos. La programación neurolinguística trata de la manera en que filtramos, a través de cinco sentidos, nuestras experiencias del mundo exterior y de cómo usamos esos mismos sentidos interiores, a propósito y también sin saberlo, para conseguir los resultados que deseamos. Todo tiene que ver con la forma en que percibimos y pensamos. [13]
La programación neurolinguística se puede utilizar para desarrollar de manera rápida y eficaz un proceso de aprendizaje y así superar una situación de estrés, de conflicto, negociar con mayor ventaja frente a nuestros adversarios, nos permite conocer la percepción de las otras personas a quienes tenemos enfrente o a nosotros mismos. Es un complemento en el desarrollo de la Inteligencia emocional.[14] Entre los beneficios que tiene la programación neurolinguística podemos mencionar: a) Aumenta de manera notable y rápida el auto confianza; b) Mejora las relaciones interpersonales; c) Desarrolla el crecimiento personal y profesional hacia el éxito, d) Nos permite convertirnos en quien deseamos y queremos ser; e) Sirve para reducir el estrés; f) Negociar y solucionar conflictos de manera positiva.
Conclusiones
Las partes a menudo a experimentan frustración y dificultades en las negociaciones para llegar a un acuerdo. Además de los problemas intrínsecos derivados del hecho de que las artes que intervienen en una negociación tienen puntos de vista opuestos y objetivos encontrados, como también los antagonismos personales, que dificultan el proceso de mediación. La intervención de un mediador suele cambiar la dinámica de la mediación.
El éxito del proceso de mediación radica en que las partes en conflicto arriben a sus propios acuerdos, convencidos que la solución que dieron a su conflicto fue la mejor solución para ambos, ya que la misma fue el resultado del trabajo de las partes, y que el mediador sólo fue un tercero imparcial y neutral que ayudó a las partes a visualizar el conflicto de una nueva forma, así mismo estructuró los procesos de comunicación de los mismos, los ayudó a que ellos mismos generaran nuevas opciones y las evaluaran para así dar paso al convenio; pero ésto solo puede ser logrado a través de la aplicación de las técnicas y habilidades del mediador, como lo son la escucha activa, el prestar seria atención a las partes en el proceso de mediación, y que estas se percaten de que está ocurriendo de esta manera, es esencial para lograr la misión del mediador; el rapport o la sincronización de los ritmos biológicos pueden tener gran relevancia entre el mediador y las partes esto crea un ambiente de confianza; la empatía para dar a los demás el tiempo y el espacio que necesitan para expresarse plenamente y sentirse comprendidos; el parafraseo él mediador, como receptor escucha él mensaje y su replanteamiento, empleando palabras distintas a las expresadas por quien transmite el mensaje; las preguntas, pues al preguntar adecuadamente se puede ayudar a cambiar los mapas que están originando las emociones que se pueden o quieren cambiar; la programación neurolinguistica, que nos permite conocer la percepción de las otras personas a quienes tenemos enfrente, o a nosotros mismos. Ahora bien esto crea una conexión entre el mediador y cada una de las partes, así como la construcción del espacio de la mediación; son herramientas indispensables para generar confianza de sus destrezas, de sus habilidades y técnicas, las cuales pueden pasar desapercibidas por las partes, pero que son fundamentales en el desempeño del mediador.
El derecho regula relaciones sociales, pero no todas las relaciones sociales son reguladas por el derecho; la sociedad tiene que estar preparada para incidir de manera decisiva, en los conflictos derivados de esas relaciones sociales no reguladas por el derecho o que reguladas por éste, requieran otra forma de solución como lo las salidas alternas de solución de conflictos. Las habilidades del mediador se encuentran ocultas para el derecho, pero para la práctica de la mediación son de vital importancia desarrollarlas y aplicarlas, para así obtener resultados óptimos y cumplir con el fin último del derecho: lograr una convivencia armónica con justicia.
Bibliografía
• CASTANEDO ABAY, A., Mediación Una Alternativa para la Solución de Conflictos, México, Colegio Nacional de Ciencias Jurídicas y Sociales, 1999.
• RIVERA NEUTZE, A. G., Amigable Composición, Guatemala, Arte Color y Téxto, 2001.
• RAMOS MEJÍA, C., Un Mirar Un Decir Un sentir en la Mediación Educativa, Colección Visión Compartida, Argentina, 2003.
• GOLEMAN, D., La Inteligencia Emocional, México, Punto de Lectura, 2001.
• GORJÓN GÓMEZ, F. J. (coord.), Arbitraje y Mediación en las Americas, Chile, CEJA, 2007.
• GORJÓN GÓMEZ, F. J., Arbitraje comercial y ejecución de laudos, México, Ed. McGraw Hill, 2000.
• GORJÓN GÓMEZ, F. J., Estudio de los métodos alternos de solución de controversias en el Estado de Nuevo León, México, Ed. Instituto de Investigaciones Jurídicas. U.A.N.L., 2003.
• GORJÓN GÓMEZ, F. J.(coord.), Justicia Alternativa Médica, México, Ed. Instituto de Investigaciones Jurídicas. U.A.N.L., 2004.
• GORJÓN GÓMEZ, F. J, SÁENZ, K., Manual para la elaboración de protocolos de investigación de Tesis en Ciencias Sociales, Bolivia, Universidad Mayor de San Simón, 2005
• GORJÓN GÓMEZ, F. J, SÁENZ, K., Métodos alternos de solución de controversias, México, CECSA, 2006.
• GORJÓN GÓMEZ, F. J, SALAS SILVA, C., Contexto Internacional de los MASC, México, Ed. Instituto de Investigaciones Jurídicas. U.A.N.L., 2003.
• MARCHIORI, H., Personalidad del Delincuente, México, Editorial Porrúa. 1999.
• LEN LERITZ, Negociación Infalible. México, Ediciones Urano. 1999.
Citas
[1] V. Artículo 2º, fracción IX de la Ley de MASCNL.
[2] Ídem.
[3] GOLEMAN DANIEL, La Inteligencia Emocional , México, Punto de Lectura, 2001 pp. 26
[4] Ibidem. pp. 34
[5] MARCHIOR, H., Personalidad del Delincuente, México, Editorial Porrúa, pp. 14
[6] CASTANEDO ABAY, A., Mediación Una Alternativa para la Solución de Conflictos, México, Colegio Nacional de Ciencias Jurídicas y Sociales, pp. 52
[7] RAMOS MEJÍA, C., Un Mirar Un Decir Un sentir en la Mediación Educativa, Argentina, Colección Visión Compartida, 2003, pp. 160.
[8] RIVERA NEUTZE, A. G., Amigable Composición, Guatemala, Arte Color y Téxto, 2001, p 178, 179.
[9] LEN, LERITZ, Negociación Infalible. México, Ediciones Urano. 1993 pp. 22.
[10] RAMOS MEJIA, C., Un Mirar Un Decir Un sentir en la Mediación Educativa, Colección Visión Compartida, Argentina 2003, p 290
[11] ARMANDO CASTANEDO ABAY, Mediación Una Alternativa para la Solución de Conflictos, Colegio Nacional de Ciencias Jurídicas y Sociales, México p. 63
[12] CECILIA RAMOS MEJIA, Un Mirar Un Decir Un sentir en la Mediación Educativa, Colección Visión Compartida, Argentina 2003, p. 167
[13] RIVERA NEUTZE, A. G., Amigable Composición, Arte Color y Téxto, Guatemala 2001, p. 149
[14] http://www.capitalemocional.com/PNL/pnl.htm
Emilio Rodríguez Rodríguez. Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Maestría en Derecho en Métodos Alternos de Solución de Controversias por la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León , actualmente Coordinador Operativo del Centro Estatal de Métodos Alternos del Tribunal Superior de Justicia en el Estado, Catedrático de la Facultad de Derecho Y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Catedrático de la Carrera de Administración Gubernamental de la Universidad Regiomontana.

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