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La violencia en la escuela es algo que preocupa y mucho a toda la sociedad, por eso tanto en los centros como en la administración se ha tomado buena nota de este problema. Desde hace unos años se han puesto en marcha en la ciudad puntos de mediación escolar, tanto en el Distrito Norte como en el Sur para hacer frente a posibles casos de violencia escolar, así como para tender un puente de ayuda a los alumnos porque les cueste adaptarse al centro o tengan algunas rencillas con sus compañeros. Esa puente está también tendido a las familias, por ejemplo, a las que se invita a participar en esta iniciativa. Por el momento, más de sesenta alumnos han acudido al punto de mediación escolar Distrito Norte, y sumados a los de Distrito Sur llegan a los cien.No obstante, desde hace unos años el instituto Álvar Núñez forma parte del programa 'Escuela espacio de paz' y forma a alumnos que hacen las labores de mediadores entre sus compañeros, tal y como comenta José María Gálvez, jefe de estudios de este centro y anterior orientador. Esa misma formación la han tenido alumnos del colegio de Infantil y Primaria Antonio Machado, cuyos alumnos suelen estudiar la Secundaria en este centro.Los alumnos tienen un perfil muy determinado, ya que suelen tener bastantes habilidades sociales. De hecho, es normal que sean elegidos por sus compañeros o hay veces que se ofrecen voluntarios. "Son niños que se preocupan por sus compañeros y que se ofrecen para escucharlos tanto en cuestiones académicas como personales. Procuran que los que no se integran en la clase, bien porque sean nuevos o porque les cueste más trabajillo, lo hagan", según explica Gálvez. Esos alumnos cuentan con la supervisión del orientador, que les echa una mano en cuestiones más complicadas. Según indica el jefe de estudios, no se producen graves problemas de convivencia en este centro, que cuenta con 600 alumnos, "no hay hechos graves y si se detecta un atisbo de acoso se ponen soluciones rápidas". Una veintena de alumnos de ESO son los alumnos-ayudantes en esa labor de mediación. Lo normal es que haya entre dos y tres por curso y la mayoría son chicas. Olga, en segundo de ESO, fue una de las estudiantes que se presentó de forma voluntaria "porque me gusta ayudar a los demás. Es algo con lo que además te sientes hasta mejor". No es la única en esas lides. Teresa, en tercer curso, se ha tenido que enfrentar a problemas que requieren grandes dosis de madurez, hace poco vino una chica de Bachillerato -por tanto mayor que ella- que le consultó qué hacer y cómo actuar si una prueba de embarazo le diese positivo. "Lo que se aconseja normalmente es hablar con los padres, pero ante eso, le dije que fuera a ver a la enfermera".Candela, de tercero de ESO, comenta que se metió en esto "por satisfacción personal". Muchas veces han tenido que intervenir a principio de curso, sobre todo, con algunos compañeros a los que les cuesta encajar a principios de curso, como indica, o porque alguno de los estudiantes está siendo motivo de burla. Hay veces que intervienen una vez se lo pide el tutor o porque ellos mismos ven el problema de frente. A Daniel, de primero de ESO, le ha tocado hablar con unos compañeros que se han dado un naranjazo.Belén, que anteriormente estaba en el colegio Antonio Machado, es toda una veterana en esta experiencia. Aunque ahora ejerce de alumna-ayudante de forma oficial sigue haciéndolo de otra manera. "Las problemáticas ahora son diferentes, en el colegio era por una pelea por un caramelo y ahora se trata de cosas más serias, de más importancia. Tiene gracia, porque antes te tomaban como una más de las profesoras", dice esta estudiante.
Nota publicada el 29 de Junio de 2009 en el sitio "DiariodeJuerez.es"
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