El anteproyecto del Gobierno permitirá resolver
conflictos con más rapidez y menos costes
La
aprobación, la semana pasada en el Consejo de Ministros del anteproyecto de ley
que impulsa la mediación que obligará a recurrir a mediadores antes de acudir a
los juzgados en los c onflictos civiles y mercantiles más comunes, como los
divorcios o los impagos de alquileres o hipotecas rebajará el trabajo de los
juzgados y permitirá resolver conflictos con más rapidez y menos costes.
Javier
Wilhelm, codirector del Master en Mediación Profesional de la UPF Barcelona
School of Management considera que la administración debe cuidar y controlar su
implantación por ser un método nuevo y desconocido para que los mediadores
trabajen bien y el sistema tenga largo recorrido.
“La
mediación funcionará si los profesionales están formados profesionalmente , en
instituciones preparadas para ello, y si se evalúa continuamente la calidad del
sistema que por nuevo requiere más supervisión que otros, que ya son conocidos.
Si una persona va a un médico y no le da confianza, cambia de médico pero no
deja de creer en la medicina. En la mediación no pasa lo mismo”, sostiene
Wilhelm.
En este
sentido remarca que “el anteproyecto de ley contempla que se tenga que
incorporar la asignatura de mediación en algunas carreras de grado, como
Derecho”.
La
codirectora del Master en Mediación Profesional de la UPF Barcelona School of
Management, Maria Munné señala que hasta ahora muchos conflictos no llegaban a
la mediación, no porque las partes no quisieran, sino porque desconocían esta
posibilidad antes de ir a un juicio.
Munné
considera que el proyecto de ley plantea la necesidad de que las partes
implicadas en cualquier conflicto acudan a una sesión informativa de mediación
para conocer el proceso, algo que ya existe en muchos países y que ha
demostrado excelentes resultados.
Asegura que
los resultados de la mediación cambia en función de cómo llegan a él las partes
afectadas. Cuenta que quienes acuden por iniciativa propia o por indicación de
asesores y amigos antes de iniciar el procedimiento judicial tienen muchas
posibilidades de llegar a un acuerdo, en un 80% por cierto de los casos se
consigue.
Agrega
Munné que cuando ha comenzado el proceso judicial es más complicado y precisa
que es muy importante que las personas conozcan los alcances de esta nueva
oportunidad y la aprovechen, cuestión que va cambiar con la nueva ley.
“El proceso
podrá empezar antes de ponerse en marcha todo el aparato judicial, antes de que
las partes hablen con lenguaje judicial como “régimen de visita”. Nosotros,
como mediadores, tenemos que cambiar este lenguaje y explicar que nadie visita
a su hijo menor y que los padres comparten el cuidado de los hijos y deciden
cómo hacerlo”, afirma. “Nosotros lo que hacemos es sacar del ámbito judicial
conflictos humanos”, resume.
En
despachos privados los conflictos a los que más se recurre a la mediación,
según Munné, son los relacionados con la familia como separaciones o divorcios
“porque -dice- los acuerdos son necesarios ya que un niño necesita un pacto
seguro y a medida, entre sus padres”.
Apunta
también que los temas de separaciones y divorcios tienen mucha emotividad y por
eso son difíciles y al mismo tiempo idóneos para la mediación.
En los
asuntos económicos hay resultados antes. “Transacciones económicas y temas de
herencias o cuidados de terceras personas, como padres mayores incapacitados o
de hermanos que tienen una discapacidad son situaciones que se resuelven muy
bien por mediación”, afirma.
Javier
Wilhelm insiste en que “conocer el sistema, hará que la gente pueda elegir; y
cuando la libertad y las responsabilidad se combinan, siempre los resultados
son mejores a lo imaginable”.
Rosa Matas. LaVanguardia.com. España, 18/01/2019
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