Mundo MediaciónNotas de Mediación
Junín, Argentina. Desavenencias familiares o entre vecinos, una deuda, un problema laboral, patrimonial, institucional, son sólo algunas de las numerosas cuestiones que llevan al inicio de acciones legales que aumentan considerablemente semana tras semana, mes a mes, en los tribunales y juzgados de la ciudad.
Sin embargo, muchas veces, aquello que parece imposible de solucionarse mediante el diálogo y el consenso resulta en un acuerdo que evita el extenso y tedioso proceso judicial. Ese pequeño milagro se llama mediación.
Esta práctica se define como la alternativa que busca lograr un acuerdo entre dos partes en conflicto, promoviendo el diálogo y la cooperación de ambas con la intervención de un tercero neutral.
Mediación voluntaria
En Junín, desde el año 2002, en la sede del Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires funciona el Centro Institucional de Mediación "Juan José Cinqualbrez", que en la actualidad cuenta con un registro de más de 20 mediadores formados, capacitados para intervenir en los casos en que se requiera su actuación.
La escribana Viviana Romano, directora del Sub-centro Junín, advierte que las consultas que reciben en la institución son muy variadas. Asegura que "se han resuelto casos de propiedad horizontal, situaciones de vecinos que tienen entradas en común o bien quejas por ruidos molestos, y hasta cuestiones de índole laboral".
Los mediadores, todos con una particular vocación para asistir a aquellos que con diferentes conflictos de intereses se acercan a hacer una consulta (que es gratuita), tienen como objetivo primordial guiar el camino para hallar una solución viable a la cuestión que plantean las partes.
Como bien remarca Romano "hay que tratar de fomentar que la gente se encuentre en la mediación. Siempre que concurren las dos partes, un resultado positivo se obtiene: o se reestablece el diálogo, o se logra un acuerdo parcial o en el mejor de los casos un acuerdo total".
Y hay casos que ejem-plifican esa labor que podríamos arriesgarnos a decir que tiene mucho de terapéutica, pues los mediadores deben escuchar con gran predisposición a cada parte e incentivar el diálogo sincero para orientar la búsqueda de posibilidades hacia un acuerdo mutuo.
Cuestión de familia
Un cónyuge que había estado alejado de su familia por años era el titular de la propiedad en la que vivía su hija y la madre, disca-pacitada. Ambas necesitaban resolver cuestiones inherentes a su vivienda: nada más ni nada menos que sobre la titularidad de la escitura, y por ello decidieron acudir al centro de mediación, en búsqueda de una solución.
Había un vínculo roto que subsanar para poder alcanzarla, pero ello no impidió que el resultado fuese más que satisfactorio. No sólo se reestableció la comunicación entre ambas partes al reencontrarse el padre con su hija, sino que al mismo tiempo, él se mostró dispuesto a que la casa pasara a nombre de ella que era quien estaba al cuidado de su madre y por ende, quien más la necesitaba. Y así se hizo.
El acuerdo fue un claro ejemplo de que si las partes están abiertas al diálogo y a reconocer el conflicto, se pueden satisfacer los intereses de ambas.
Sólo se trata de cooperar en la búsqueda de una solución, donde el mediador, que es un profesional que hace las veces de colaborador, trata de fijar las pautas para que el proceso de mediación alcance un acuerdo favorable para cada uno de los intervinientes.
Un acuerdo justo
También en cuestiones de siniestros puede recurrirse a la mediación, como lo fue el caso de un particular que se vio damnificado a raíz de la colisión de dos vehículos en una calle de la ciudad que provocó daños en su propio auto, que se hallaba estacionado en cercanías del incidente.
Ante la imposibilidad de hallar a un responsable que se hiciera cargo del hecho, el dueño del automóvil en cuestión no dudó en acudir al centro de mediación.
Es que los dos conductores de los vehículos involucrados en el siniestro lograron por su parte a un arreglo con las compañías aseguradoras pero ninguno se hizo cargo del otro vehículo que se vio afectado a causa de la colisión.
A raíz del planteo realizado, en su intervención, el mediador citó a todas las partes, incluida la compañía aseguradora y se pudo llegar a un acuerdo justo sin demasiadas dilaciones.
Romano insiste en la importancia de que "como instancia previa a la justicia, las partes acudan a la mediación". Y eso se debe a que siempre que el proceso pueda llevarse a cabo con respeto y deseos de colaborar entre ambos actuantes -con un clima de comunicación propicio- habrá grandes posibilidades de consenso.
Las ventajas del diálogo
Los beneficios de recurrir a la mediación no sólo se vislumbran en un resultado positivo en el que las partes logran consensuar intereses, sino durante el tiempo que toma el proceso, ya que es mucho más acotado que cualquier litigio y por lo tanto de un costo también mucho menor.
Uno de los puntos más importantes a tener en cuenta para tratar de hallar solución a conflictos de cualquier índole es comprender y aceptar el conflicto mismo. Sólo cuando las partes son capaces de tomar conciencia del problema y los posibles caminos de resolución, la mediación logra el efecto deseado: que fluya la comunicación hacia la búsqueda de un acuerdo.
Por parte del mediador, algunas aptitudes naturales y las técnicas adquiridas en su formación, le dan las herramientas y la habilidad para el manejo de las sesiones que tome el proceso de mediación. Herramientas que lo convierten en un guía, un observador, y, sobre todo, un tercero neutral en medio de la disputa.
En concreto, el proceso brinda un espacio asistido para el diálogo; es breve y económico y asegura la confidencialidad de todo lo manifestado en las sesiones.
Nota e imagen publicadas el 16 de Mayo de 2010 en el sitio "Diario Democracia.com"
http://www.diariodemocracia.com/diario/articulo.php?idNoticia=20324
Sin embargo, muchas veces, aquello que parece imposible de solucionarse mediante el diálogo y el consenso resulta en un acuerdo que evita el extenso y tedioso proceso judicial. Ese pequeño milagro se llama mediación.
Esta práctica se define como la alternativa que busca lograr un acuerdo entre dos partes en conflicto, promoviendo el diálogo y la cooperación de ambas con la intervención de un tercero neutral.
Mediación voluntaria
En Junín, desde el año 2002, en la sede del Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires funciona el Centro Institucional de Mediación "Juan José Cinqualbrez", que en la actualidad cuenta con un registro de más de 20 mediadores formados, capacitados para intervenir en los casos en que se requiera su actuación.
La escribana Viviana Romano, directora del Sub-centro Junín, advierte que las consultas que reciben en la institución son muy variadas. Asegura que "se han resuelto casos de propiedad horizontal, situaciones de vecinos que tienen entradas en común o bien quejas por ruidos molestos, y hasta cuestiones de índole laboral".
Los mediadores, todos con una particular vocación para asistir a aquellos que con diferentes conflictos de intereses se acercan a hacer una consulta (que es gratuita), tienen como objetivo primordial guiar el camino para hallar una solución viable a la cuestión que plantean las partes.
Como bien remarca Romano "hay que tratar de fomentar que la gente se encuentre en la mediación. Siempre que concurren las dos partes, un resultado positivo se obtiene: o se reestablece el diálogo, o se logra un acuerdo parcial o en el mejor de los casos un acuerdo total".
Y hay casos que ejem-plifican esa labor que podríamos arriesgarnos a decir que tiene mucho de terapéutica, pues los mediadores deben escuchar con gran predisposición a cada parte e incentivar el diálogo sincero para orientar la búsqueda de posibilidades hacia un acuerdo mutuo.
Cuestión de familia
Un cónyuge que había estado alejado de su familia por años era el titular de la propiedad en la que vivía su hija y la madre, disca-pacitada. Ambas necesitaban resolver cuestiones inherentes a su vivienda: nada más ni nada menos que sobre la titularidad de la escitura, y por ello decidieron acudir al centro de mediación, en búsqueda de una solución.
Había un vínculo roto que subsanar para poder alcanzarla, pero ello no impidió que el resultado fuese más que satisfactorio. No sólo se reestableció la comunicación entre ambas partes al reencontrarse el padre con su hija, sino que al mismo tiempo, él se mostró dispuesto a que la casa pasara a nombre de ella que era quien estaba al cuidado de su madre y por ende, quien más la necesitaba. Y así se hizo.
El acuerdo fue un claro ejemplo de que si las partes están abiertas al diálogo y a reconocer el conflicto, se pueden satisfacer los intereses de ambas.
Sólo se trata de cooperar en la búsqueda de una solución, donde el mediador, que es un profesional que hace las veces de colaborador, trata de fijar las pautas para que el proceso de mediación alcance un acuerdo favorable para cada uno de los intervinientes.
Un acuerdo justo
También en cuestiones de siniestros puede recurrirse a la mediación, como lo fue el caso de un particular que se vio damnificado a raíz de la colisión de dos vehículos en una calle de la ciudad que provocó daños en su propio auto, que se hallaba estacionado en cercanías del incidente.
Ante la imposibilidad de hallar a un responsable que se hiciera cargo del hecho, el dueño del automóvil en cuestión no dudó en acudir al centro de mediación.
Es que los dos conductores de los vehículos involucrados en el siniestro lograron por su parte a un arreglo con las compañías aseguradoras pero ninguno se hizo cargo del otro vehículo que se vio afectado a causa de la colisión.
A raíz del planteo realizado, en su intervención, el mediador citó a todas las partes, incluida la compañía aseguradora y se pudo llegar a un acuerdo justo sin demasiadas dilaciones.
Romano insiste en la importancia de que "como instancia previa a la justicia, las partes acudan a la mediación". Y eso se debe a que siempre que el proceso pueda llevarse a cabo con respeto y deseos de colaborar entre ambos actuantes -con un clima de comunicación propicio- habrá grandes posibilidades de consenso.
Las ventajas del diálogo
Los beneficios de recurrir a la mediación no sólo se vislumbran en un resultado positivo en el que las partes logran consensuar intereses, sino durante el tiempo que toma el proceso, ya que es mucho más acotado que cualquier litigio y por lo tanto de un costo también mucho menor.
Uno de los puntos más importantes a tener en cuenta para tratar de hallar solución a conflictos de cualquier índole es comprender y aceptar el conflicto mismo. Sólo cuando las partes son capaces de tomar conciencia del problema y los posibles caminos de resolución, la mediación logra el efecto deseado: que fluya la comunicación hacia la búsqueda de un acuerdo.
Por parte del mediador, algunas aptitudes naturales y las técnicas adquiridas en su formación, le dan las herramientas y la habilidad para el manejo de las sesiones que tome el proceso de mediación. Herramientas que lo convierten en un guía, un observador, y, sobre todo, un tercero neutral en medio de la disputa.
En concreto, el proceso brinda un espacio asistido para el diálogo; es breve y económico y asegura la confidencialidad de todo lo manifestado en las sesiones.
Nota e imagen publicadas el 16 de Mayo de 2010 en el sitio "Diario Democracia.com"
http://www.diariodemocracia.com/diario/articulo.php?idNoticia=20324
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