Empezamos
un nuevo año y quién no se ha hecho propósitos o se ha planteado objetivos para
cumplir.
En vez de
vivir de la experiencias pasadas, y quedarnos anclados en ver lo que no hemos
conseguido y lamentarnos continuamente de ello, miremos hacia delante y
planteémonos que objetivos debemos intentar alcanzar en el año que acaba de
empezar.
¿Cómo nos
gustaría que estuviera la mediación el 31 de diciembre del 2015? Difícil respuesta,
porque además nos coincide que es año totalmente electoral, locales,
autonómicas y nacionales y todos sabemos que en año electoral pocas decisiones
se van a tomar si no acarrean votos.
Pero aún
sabiendo eso, por qué no reflexionar sobre la mediación actual y plantearnos
unos retos para este año. No por ello nos vamos a quedar con los brazos
cruzados esperando si se mantiene el color político o va a cambiar
No hace
mucho escribía que hay mediación fuera de las intrajudiciales, que como dejemos
solo la mediación dentro de los juzgados no vamos a conseguir nada, que el
ciudadano va a seguir asumiendo que la palabra mediación suena a juzgado.
Si en ellos
no entra aire fresco seguirá el mismo, enrarecido y funcionando como hasta
ahora. Pero atrevámonos a decir que las intrajudiciales resurgirán cuando los
dos grandes agentes de las mismas lo deseen y no pongan trabas: abogados y
jueces.
Los
primeros porque se deben convencer que la mediación no es lo que muchos hacen y
a nadie se le va acabar el pastel, hay para todos, y los segundos porque no van
a perder poder, porque deriven su "sentencia" a la decisión de las
partes, al acuerdo que ellos lleguen, sus señorías no van a perder su
autoridad.
Dos
"chinitas" que no dejan que la mediación triunfe, pero no las únicas.
Los mediadores que presumimos de creativos, ojalá seamos capaces este año de
crear la necesidad en el ciudadano de acudir a mediación, que conozcan la
mediación, aún sabiendo que la propia palabra tira para atrás. Que les llegue
que existe una manera diferente de resolver conflictos que no es la vía
judicial.
Mientras no
creemos esa necesidad, con campañas, con charlas gratuitas de difusión,
haciéndonos lluvia fina para la ciudadanía, no vamos a conseguir nada. Llega el
21 de enero, y saldremos a difundir, daremos charlas, nos haremos fotos, y el
22..... ¿qué haremos?.
Y los
mediadores seguiremos cada uno como francotirador en su puesto, haciendo cosas,
sin manifestar una unión, dando la sensación de ser cada uno una isla en su
entorno, agrupemos nuestras fuerzas y digamos a las autoridades que nos deben
una, que les estamos difundiendo algo que ello han puesto en marcha y se han
olvidado. Busquemos alguna institución que desee hacer un portal de mediación
donde todos (ciudadanos incluidos) acudamos a informarnos.
Claro que
si pensamos en el registro del Ministerio, con una practicidad inexistente, un
registro voluntario, donde puedes elegir mediar en toda España, y al hacer un
filtrado de mediadores salen casi todos en las mismas provincias, que hace un
mediador de Cádiz mediando en A Coruña, por poner un ejemplo... Que el registro
sea obligatorio si deseas mediar y que tenga unos filtros reales, que de
seguridad al ciudadano.
Que el CGPJ
elija mediadores de ese registro y no manifieste que nunca lo hará porque está
mal confeccionado. Y habiendo un registro público y oficial de un Ministerio,
no tengan que andar con firmas de convenios con asociaciones, e instituciones
privadas.
Y no todo
el mundo vale para mediar, ni todos los conflictos son mediables. No todo el
mundo está capacitado (no digo formado) para mediar, la formación no da
estándares de calidad en estos momentos, porque se permiten todos los cursos de
cualquier institución del tipo que sea.
Que la experiencia sea demostrable, que en los cursos haya prácticas
reales de casos derivados por instituciones, incluso en los juzgados.
Y no
olvidemos que la mediación es importante, pero no todo es mediable, no nos
creamos a hora los salvadores del mundo de los conflictos. Hay conflictos claramente
de mediación pero hay otros evidentemente del ámbito judicial. No queramos
mediar todo ni judicializar todo. Cada método de resolver conflictos tiene sus
casos.
¿Por qué
metimos mediación familiar en la Ley civil y mercantil? Quien va a evitar que un
mediador con un curso civil y mercantil de 100 horas medie en una Comunidad
autónoma donde haya Ley de Mediación familiar, si la Ley nacional se lo
permite, porque solo excluye del ámbito de aplicación de esta Ley:
a) La
mediación penal.
b) La
mediación con las Administraciones públicas.
c) La
mediación laboral.
d) La
mediación en materia de consumo.
Pongamos
como objetivos tres cosas sencillas, más no vamos a cumplir ni conseguir:
lluvia fina al ciudadano, sesiones informativas obligatorias e implicación de
las instituciones de nuestro entorno. Impliquemos a medios de comunicación,
hagamos mesas redondas con diferentes sectores profesionales. Vendamos las
ventajas de la mediación, como resolución de conflictos de una manera
diferente.
Y si
alguien se ha sentido ofendido, lo siento, no era ni es mi intención,
simplemente una reflexión de un mediador que cree en esto y seguirá luchando
por ello.
José
Antonio Veiga. Director Mediadores Valladolid. Director académico ProMediación
José Antonio Veiga. Lawerpress.com. Valladolid, España. 09/01/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario