“Semana de la Mediación: La mediación familiar en el Poder Judicial de Nuevo León”
Monterrey, Nuevo León. La mediación familiar es la solución de raíz a los problemas de un conflicto familiar, consideró la magistrada Graciela Buchanan Ortega al ofrecer la conferencia “La mediación familiar en el Poder Judicial de Nuevo León”.
En el marco de las actividades que se realizan en el la Semana de la Mediación, la titilar de la Quinta Sala Familiar mencionó que la mediación como método para solucionar conflictos familiares debe promoverse como prioridad antes de una conciliación judicial, ampliando la capacidad del juez para concentrarse y dar celeridad a más asuntos, no menos importantes, pero más conflictivos.
“La mediación familiar no nada más debe ser un paso auxiliar a la justicia, debe de ser el primer paso antes de acceder a la justicia familiar; me refiero a esto porque es el entorno más sensible de la sociedad. Los problemas sociales van directamente proporcionales a los problemas familiares que se ven en juzgados, y podemos tener jueces con mayor desahogo de carga de trabajo y familias más satisfechas si se recurre a la mediación como primera forma para atender estos asuntos”, expresó la magistrada.
Informó que casi el 40 por ciento de los asuntos contenciosos orales culminan en convenio. Si los jueces le dedican ese tiempo a esas conciliaciones, ¿por qué no buscar que sean los mediadores? Consideró, al referir que sería positivo que los mediadores sean los primeros que hagan ese trámite.
El índice de asuntos familiares va rebasando por mucho otras materias, dijo al mencionar que se debe buscar y potencializar que ese porcentaje de asuntos que terminan en convenio y que representan alrededor de seis mil 800 casos, sean atendidos a través de la mediación.
La magistrada señaló que debe promoverse esta cultura antes de que las partes se involucren en un proceso que resulta costoso, donde una de los participantes no queda conforme y que finalmente, no resuelve la raíz del problema, pues en la materia familiar no necesariamente se resuelve el conflicto. “En muchos de los casos el problema es de orgullo y no de pesos y centavos”, dijo.
La magistrada resaltó la labor que realizan los jueces familiares del Poder Judicial al conciliar entre las partes en los asuntos que conocen, sin embargo es determinante priorizar la mediación, fomentar la cultura de la mediación.
Por ello, es importante crecer en mediación y en la capacitación a mediadores especializados en materia familiar.
“La única formula que vamos a tener para que nuestros hijos y las futuras generaciones aprendan a tener una comunicación efectiva y real, y que solamente mediante esta comunicación se puede tener una verdadera solución de conflictos, es mediando los asuntos”.
Es importante difundir la cultura de la mediación, expresó la magistrada al considerar que la mejor publicidad se da principalmente por los propios mediadores y quienes han experimentado los beneficios de un proceso de mediación, pues es la “cultura de viva voz”.
Abundó sobre aspectos para diferenciar los conceptos de conciliación y mediación, enumerando las ventajas que tiene resolver los asuntos familiares a través de la mediación y no en juicio.
“La trascendencia de la mediación en materia familiar es que se pretende resolver conflictos conociendo realmente las necesidades de las partes”, mencionó.
Además, a través de la mediación se ajustan los acuerdos, se favorece la comunicación, disminuyen las tensiones, las partes se sienten con más apertura y oportunidad de diálogo, entre otras.
“Cuando hay una mediación hemos tenido por cierto y comprobado las ventajas que ha tenido la mediación para que los acuerdos que se han tenido se cumplan con mayor certeza, para que los acuerdos a que llegan tengan menos ejecuciones de convenio y las partes generalmente se muestras satisfechas porque verdaderamente vieron reflejadas sus necesidades”.
Durante su charla la magistrada dejo claro que no todas las mediaciones en materia familiar son factibles, como por ejemplo los asuntos de violencia familiar, en los que no debe haber mediación.
En este aspecto es determinante la capacitación del mediador, pues debe tener claro qué asuntos tienen que sujetarse a una instancia judicial.
“La capacitación que tenga el mediador y la percepción que tenga también el juzgador, le harán ver si hay una persona que es abusada y si hay una persona que es abusadora. En esos casos, el mediador no debe de admitir dar una mediación”.
Dentro de la capacitación y cualidades, el mediador debe conocer todos los limites de la voluntad contractual en el caso familiar, para que no se caigan lo convenios, para que no haya modificaciones de los convenios que trastoquen la voluntad de las partes, para que no haya convenios que vayan a generar problemas en su ejecución, para que no haya convenios que se desajusten de la realidad normativa de nuestra legislación, y eso a su vez, incida en que el juez no pierda tiempo que puede destinar a otros asuntos de su juzgado.
Quien se dedique a la mediación familiar debe tener conocimientos en la materia, expresó la magistrada. Si el mediador no tiene conocimientos de la materia jurídica puede echar abajo una mediación porque se puede haber llegado a un convenio exitoso, pero al ratificarlo, pueden presentarse diferencias.
Al resaltar la importancia de mediar y conciliar en materia familiar, la magistrada expresó que “si arreglamos una familia, arreglamos una generación”.
“Espero que quede muy claro la importancia de esa capacitación y esa publicidad que se le tiene que dar (a la mediación) porque si no generamos esa cultura, no nada más para que los jueces tengan menos asuntos, sino para que se resuelvan los problemas de raíz”, finalizó.
Tribunal Superior de Justicia. 25/05/2011
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