Una vía pacífica frente a los conflictos de pareja y familia
Nadie comienza una vida en pareja pensando en lo que ocurrirá si el amor no es suficiente para mantenerle junto a la otra persona, pero el fantasma de la ruptura acaba por aparecer, tarde o temprano, en la mayoría de las relaciones. Ante una crisis, algunos optan por buscar un modo de restañar la herida que amenaza con cortar el lazo conyugal; para otros ya es demasiado tarde, pero no quieren que la separación o el divorcio afecten a los hijos que tienen en común. Para estas personas, el Centro de Mediación e Intervención Familiar ofrece una vía de diálogo para solventar estos conflictos sin traumas.
El de Ciudad Real, fundado en 2000, es el tercero de estos centros que se puso en marcha en Castilla-La Mancha. Está en el segundo piso del número 1 de la calle Ciruela, junto a la Plaza del Pilar. Su gestión está a cargo de la Asociación de Mediación e Intervención Familiar de Castilla-La Mancha (Amifam-CLM), pero depende administrativamente del Servicio de Infancia, Prevención y Mediación Familiar de la Junta de Comunidades.
En él trabaja una plantilla de cinco trabajadores, que día a día se afana en ayudar a las parejas a recomponer su relación o a finalizarla de manera civilizada, así como a reconducir los conflictos familiares por vías pacíficas. La conforman dos mediadores para los casos de separación o divorcio, Vera y José Vicente, y dos psicólogos para los programas de orientación e intervención familiar, David y Nuria, junto con Elena, la administrativa que se encarga de atender las solicitudes de ayuda.basta con una llamadaEntrar en uno de los programas del centro es sencillo, explica la mediadora Vera Ros. Basta con llamar a su teléfono, el 926 27 49 66, para concertar una cita preliminar. En ella, los interesados explican cuál es su problema, y a partir de ahí se les deriva al profesional más indicado para prestarles ayuda. Los que acuden por propia iniciativa son mayoría, pero también reciben casos derivados desde centros sociales o médicos de cabecera. El tiempo de espera es prácticamente nulo en las peticiones de mediación, mientras que en las de intervención puede oscilar como máximo entre una semana y quince días.
En los casos en que una pareja se rompe, los usuarios empiezan a trabajar con uno de los mediadores, que les ayuda a gestionar un proceso de separación o divorcio “a su medida”. En dicho proceso, el objetivo central es preservar el bienestar de los hijos del matrimonio o unión de hecho, pero no mediante una intervención directa, sino enseñando a los padres a seguir siéndolo aunque ya no sean pareja.
El resultado de esta mediación queda reflejado en un documento, el convenio regulador, que incluye los acuerdos antre ambos sobre sus hijos, la liquidación de sus bienes y otros temas relativos al cese de la convivencia en común. Este documento es llevado luego al juzgado, donde el juez lo aprueba, elevándolo a la condición de escritura pública.
En caso de parejas en crisis que quieren seguir juntas, o de familias con problemas de conflictividad generacional, reciben ayuda de un psicólogo a través de un programa de orientación e intervención familiar. El profesional trabaja con todo el grupo familiar, procurando crear un clima de tranquilidad y desarrollo afectivo, y tratando las cuestiones que provocan el conflicto de pareja o familiar.
En ambos casos, destaca Vera Ros, los programas son de carácter gratuito, y contribuyen a reducir el alto coste emocional que provoca una de estas situaciones de crisis vital. De ese modo, también se evita la posibilidad de que en la unidad familiar o conyugal que se somete al proceso puedan producirse reacciones violentas en una de las partes afectadas.
Desde su fundación hasta hoy día, el centro ha prestado atención a 1.287 peticiones de intervención familiar y han proporcionado mediación a 890 parejas. De esos 2.177 casos atendidos, 315 han tenido lugar desde enero de 2008.
A pesar de este gran número de intervenciones, que son mucho más frecuentes después del verano y de las Navidades, los empleados del centro niegan estar agobiados. Aunque el horario nominal es de 9.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00, Vera Ros explica que lo flexibilizan para atender mejor a sus usuarios.Todos ellos reciben un trato individualizado y humano, que es uno de los secretos del éxito del Centro de Mediación e Intervención Familiar; el otro es que les dan los medios para actuar, pero dejan en sus manos la decisión.
Nadie comienza una vida en pareja pensando en lo que ocurrirá si el amor no es suficiente para mantenerle junto a la otra persona, pero el fantasma de la ruptura acaba por aparecer, tarde o temprano, en la mayoría de las relaciones. Ante una crisis, algunos optan por buscar un modo de restañar la herida que amenaza con cortar el lazo conyugal; para otros ya es demasiado tarde, pero no quieren que la separación o el divorcio afecten a los hijos que tienen en común. Para estas personas, el Centro de Mediación e Intervención Familiar ofrece una vía de diálogo para solventar estos conflictos sin traumas.
El de Ciudad Real, fundado en 2000, es el tercero de estos centros que se puso en marcha en Castilla-La Mancha. Está en el segundo piso del número 1 de la calle Ciruela, junto a la Plaza del Pilar. Su gestión está a cargo de la Asociación de Mediación e Intervención Familiar de Castilla-La Mancha (Amifam-CLM), pero depende administrativamente del Servicio de Infancia, Prevención y Mediación Familiar de la Junta de Comunidades.
En él trabaja una plantilla de cinco trabajadores, que día a día se afana en ayudar a las parejas a recomponer su relación o a finalizarla de manera civilizada, así como a reconducir los conflictos familiares por vías pacíficas. La conforman dos mediadores para los casos de separación o divorcio, Vera y José Vicente, y dos psicólogos para los programas de orientación e intervención familiar, David y Nuria, junto con Elena, la administrativa que se encarga de atender las solicitudes de ayuda.basta con una llamadaEntrar en uno de los programas del centro es sencillo, explica la mediadora Vera Ros. Basta con llamar a su teléfono, el 926 27 49 66, para concertar una cita preliminar. En ella, los interesados explican cuál es su problema, y a partir de ahí se les deriva al profesional más indicado para prestarles ayuda. Los que acuden por propia iniciativa son mayoría, pero también reciben casos derivados desde centros sociales o médicos de cabecera. El tiempo de espera es prácticamente nulo en las peticiones de mediación, mientras que en las de intervención puede oscilar como máximo entre una semana y quince días.
En los casos en que una pareja se rompe, los usuarios empiezan a trabajar con uno de los mediadores, que les ayuda a gestionar un proceso de separación o divorcio “a su medida”. En dicho proceso, el objetivo central es preservar el bienestar de los hijos del matrimonio o unión de hecho, pero no mediante una intervención directa, sino enseñando a los padres a seguir siéndolo aunque ya no sean pareja.
El resultado de esta mediación queda reflejado en un documento, el convenio regulador, que incluye los acuerdos antre ambos sobre sus hijos, la liquidación de sus bienes y otros temas relativos al cese de la convivencia en común. Este documento es llevado luego al juzgado, donde el juez lo aprueba, elevándolo a la condición de escritura pública.
En caso de parejas en crisis que quieren seguir juntas, o de familias con problemas de conflictividad generacional, reciben ayuda de un psicólogo a través de un programa de orientación e intervención familiar. El profesional trabaja con todo el grupo familiar, procurando crear un clima de tranquilidad y desarrollo afectivo, y tratando las cuestiones que provocan el conflicto de pareja o familiar.
En ambos casos, destaca Vera Ros, los programas son de carácter gratuito, y contribuyen a reducir el alto coste emocional que provoca una de estas situaciones de crisis vital. De ese modo, también se evita la posibilidad de que en la unidad familiar o conyugal que se somete al proceso puedan producirse reacciones violentas en una de las partes afectadas.
Desde su fundación hasta hoy día, el centro ha prestado atención a 1.287 peticiones de intervención familiar y han proporcionado mediación a 890 parejas. De esos 2.177 casos atendidos, 315 han tenido lugar desde enero de 2008.
A pesar de este gran número de intervenciones, que son mucho más frecuentes después del verano y de las Navidades, los empleados del centro niegan estar agobiados. Aunque el horario nominal es de 9.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00, Vera Ros explica que lo flexibilizan para atender mejor a sus usuarios.Todos ellos reciben un trato individualizado y humano, que es uno de los secretos del éxito del Centro de Mediación e Intervención Familiar; el otro es que les dan los medios para actuar, pero dejan en sus manos la decisión.
Nota publicada en el Diario El Dia de Ciudad Real, el 2 de Diciembre de 2008
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