El Justo Medio

El Justo Medio: Mediación para la Paz

José Benito Pérez Sauceda

“La desdicha se apoya en la dicha y la dicha se agazapa detrás de la desdicha. ¿Quién podrá conocer los límites que las separan? Nada existe puro y neto”.

-Tao Te Ching. Lao Tse

El bien, la justicia, la igualdad y la equidad parecen ser conceptos absolutos, sin embargo, la humanidad ha conocido de ellos en forma paulatina, su despertar a la verdad es gradual, su razonamiento es distinto al poder apreciar nuevos elementos en su entorno que en apariencia, no se encontraban ahí, pero que en realidad siempre lo han acompañado.

La igualdad en el Imperio Romano era concebida sólo para las clases altas, en la América de los 50´, la separación de la comunidad en negros y blancos era algo cotidiano y en nuestro país, las mujeres apenas empezarían a ejercer su voto igual que los hombres, hoy debatimos el alcance de los derechos de la parejas formadas por personas del mismo sexo.

En la sociedad Roma imperial sonaría aberrante cuestionar la legitimidad de esclavizar a un ser humano, igual de cuestionamientos encontraríamos si manifestábamos nuestro apoyo a las personas de color en la Norteamérica de los 30´s o si hablábamos en las mismas fechas en México sobre la igualdad de género.

Lo que consideramos como “bueno” y “justo” ha ido cambiando, quizás no en su concepción amplia, pero si en específicos. Por ello, todavía es cuestión de debate si los tribunales emiten justicia o sólo legalidad y es que el “Bien” y la “Justicia” parecieran ser, a simple entender, algo que todos sabemos, el problema se presenta en los casos concretos.

Al enfocar el lente observamos que la realidad no está construida solamente del “blanco” y el “negro” del cual partimos, en el universo existen una variedad de colores, una gama de pensamientos, una multitud de diferencias, que en realidad son la constante.

Los absolutos nos sirven como punto de partida, pero es la especificidad la que predomina en la existencia y ante esta variedad, irónicamente no se da un conflicto que lleve a la destrucción, sino un complemento, un gran engranaje que es el todo.

Nuestro planeta es muestra de ello, existen un sinfín de formas de vida, que no hacen imposible la convivencia, sino al contrario, todas tienen una función específica para que el ecosistema prevalezca.

De la misma forma, la humanidad es un conjunto de diversidad que contario a lo establecido por algunos teóricos, no la ha destruido, sino que la ha hecho prevalecer en la historia. Aún en la actualidad, donde en apariencia existe una globalización, surgen nuevos idiomas, se desarrollan permanentemente diversas formas de comunicación y los definitivos y constantes son puestos a prueba como definiendo una nueva estructura cuya única constante parecer ser la transformación.

La hegemonía mundial muestra signos de muerte, las grandes empresas llegan a su fin, los conceptos de siempre requieren nuevas significaciones y ante tantas modificaciones la humanidad no disminuye sino que aumenta aceleradamente.

¿Entonces cómo es posible que ante tales circunstancias la sociedad no desaparezca? Porque los cambios y las transformaciones no son una rareza en nuestras vidas, sino la constante. Las diferencias no llevan a la destrucción, ni al precipicio, sino a la evolución humana.

La Mediación es una forma de resolución de conflictos que constituye una tribuna, un espacio para que las diferencias se manifiesten y las transformaciones ocurran. Las partes en conflicto dejan atrás los absolutos y aprenden a observar, valorar y validar la gama de colores que existen en ellos y en los otros. A pesar de las diferencias llegan a un acuerdo, no porque desaparezcan, sino porque aprenden a construir aprovechándolas.

La Mediación y la Negociación, son viejas experiencias con terminología moderna, que han dado buenos resultados desde la antigüedad. Hoy nuestro razonamiento colectivo comienza a alcanzar la madurez para apreciarlas, definirlas y considerar sus beneficios, herramientas que siempre han estado ahí y por las cuales se han logrado los acuerdos que han hecho evolucionar a la raza humana, pues son los acuerdos y consensos y no las guerras y revoluciones violentas, las que definen los grandes avances de nuestra especie.

El estudioso de la Mediación y la Negociación requiere también del análisis de los grandes conflictos para apreciar que incluso dentro de éstos, en alguna que otra etapa, las herramientas formadoras de consensos se hicieron presentes.

Las diferencias no son la excepción, ni los acuerdos las metas difícilmente alcanzables, al contario, ni siquiera la misma psique del ser es única y uniforme, sino que se divide y todos los días sobrevivimos, convivimos, aprendemos y evolucionamos gracias a ello, al lograr acuerdos que nos permiten seguir adelante, al encontrar en nuestras diferentes ideas e intereses el justo medio que nos da armonía, paz y felicidad.

José Benito Pérez Sauceda. Maestro en Ciencias con especialidad en Métodos Alternos de Solución de Controversias y Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Docente de la misma institución y de la Facultad de Ciencias Químicas en MASC. Candidato a Doctor en Derecho por la U.A.N.L. Coordinador fundador del Comité de Fomento e Investigación de la Cultura de Mediación del Colegio de Mediadores de Nuevo León. Creador-Coordinador de los sitios: "Mediación Monterrey" y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey". licbenitoperezsauceda@yahoo.com.mx, josebenitoperezsauceda@hotmail.com