La necesidad de la Mediación Intercultural

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Mediación Intercultural

Ceuta, España. El Área de Menores de Ceuta ha organizado un curso sobre Mediación Familiar, que se imparte estos días. Laura Sánchez, psicóloga y mediadora familiar, es la encargada de impartir el seminario.
–¿Qué es la Mediación?–

La Mediación en sí es un método de resolución de conflictos donde lo peculiar es que interviene una tercera persona, un profesional, que intenta ejercer un no poder y, más bien, democratizarlo. El mediador es el que ayuda a que las personas que tienen un conflicto puedan comunicarse, facilitando un espacio de relación y un contexto en el que haya un tema de confianza y, a partir de aquí, que las personas puedan resolver los problemas que tengan. Al hablar de mediación familiar aplicamos esta metodología al ámbito de la familia, aunque también se podría hacer con muchos otros.

–¿Por qué es tan importante?–

Por ejemplo, en el ámbito familiar, porque preserva las relaciones. Es interesante poder establecer de una forma pacífica, y desde un espacio de diálogo donde se facilita la comunicación, que se puedan llegar a acuerdos o que al menos haya un acercamiento entre esas personas y sus posturas. Esto evita que tengan que llegar a un proceso judicial y que terminen sufriendo los más débiles, que en muchos casos son los hijos.

–Observando el programa del curso parece que hace falta dominar muchas disciplinas para poder ser mediador...–

Exactamente. Tiene que haber por un lado conocimientos de Psicología, también sobre el contexto jurídico en el que estás trabajando y, sobre todo, está muy relacionado con la Comunicación. Son técnicas que se trabajan mucho al nivel del modelo sistémico, el de intervención con familias. Lo que sí quiero recalcar mucho es que el mediador tiene que ser un profesional muy formado y muy bien entrenado en técnicas de mediación, porque esto es como una operación de microcirujía psico-social y para poder trabajar bien se tienen que dar unas condiciones que hay que cuidar mucho.

–El hecho de tener que dominar diferentes disciplinas puede llevar a pensar que trabajar con familias o jóvenes es complicado...–

Lo que ocurre es que la mediación es una metodología muy nueva. Aquí en España apenas llevará 20 años, mientras que en sitios como EEUU hablamos casi del doble. Es muy joven. Hay otras disciplinas que costó mucho que se aceptaran. Antes, por ejemplo, si ibas al psicólogo parecía que estabas loco. Las personas todavía no saben que se puede acudir a un proceso de mediación cuando tienen un problema.

–En el curso participan profesionales de diferentes áreas, pero no hay profesores, por ejemplo. ¿Sería interesante que hubiera?–

En otras autonomías de España se está usando la Mediación en los centros escolares, como en Cataluña. Es verdad que se está empezando a hacer difusión de esto. Yo pienso que es un método que a nivel escolar podría ser interesante. Muchas veces los conflictos desencadenan denuncias, pero incluso dentro del proceso judicial, a veces se intenta que se resuelva por la vía de la Mediación. Realmente animaría al gobierno de Ceuta a apostar por la mediación. Creo que es una gran inversión porque se ahorra luego en medidas mucho más drásticas y costosas. Se lograría tener ciudadanos más sanos que sepan gestionar sus propios conflictos y que se hagan responsables de eso que llegan a resolver. Cuando las personas participan en el proceso todo lo que acuerdan lo cumplen. En cambio, cuando todo viene dirigido por un tercero puede pasar que se intente boicotear el proceso.

–¿Los padres deberían tener conocimientos de Mediación?–

También. Todo lo que está sucediendo ahora de lo que se llama la violencia generacional es un problema igualitario. Creo que en estos casos hay responsabilidades compartidas. Si los padres e hijos pudieran crear un espacio de comunicación se ahorrarían muchos procesos y tratamientos. No digo que no se tenga que acudir a ellos, sino que igual se iría con más responsabilidad y voluntariedad. Evitaríamos llegar a casos en los que no queda otra salida, casos más graves.

–En el caso concreto de Ceuta. ¿La multiculturalidad beneficia a los procesos de mediación?–

Bueno, de hecho existen mediadores interculturales. Todos los problemas que percibimos tienen que ver con nuestros valores y creencias, que vienen marcados por la cultura. Por lo tanto, en una autonomía con una mezcla cultural tan grande creo que se hace muy necesaria para poder respetar la idiosincrasia de cada cultura y, al mismo tiempo, poder establecer espacios donde pueda haber un diálogo y una búsqueda de consenso. Entonces estaríamos hablando de mediación intercultural y comunitaria.

–¿Cómo sería el mundo ideal desde el punto de vista de la Mediación?–

Pues un mundo donde la capacidad de escucha fuera muy elevada, porque para resolver problemas debes escuchar al otro aunque no coincidas con él, pero respetarlo. Para mí el verdadero ideal sería una sociedad totalmente democrática.
Nota publicada originalmente el 27 de Octubre de 2009 en el sitio "El Faro"
http://www.elfaroceutamelilla.es/content/view/40895/62/