Divorcio no tiene que ser sinónimo de batalla o guerra cruel.
Monterrey, Nuevo León. Los padres que viven un proceso de divorcio deben aprender a resolver las etapas de sus vidas de la mejor forma posible, señalan los especialistas.
"Recomendaría que piensen en los hijos, que no quieran desquitarse de la pareja tomando alianza con ellos porque los está dañando", advierte la psicoterapeuta Rosario González. "Los hijos son vidas nuevas a las que les estás depositando ese odio y les estás quitando un sano desarrollo".
Pero ¿es posible una separación sin confrontaciones?
Siempre papás
María Guadalupe Balderas Alanís, Jueza Quinta Familiar Oral del Primer Distrito Judicial, señala que el 60 por ciento de los divorcios en Nuevo León son por mutuo consentimiento, lo que significa que ambas partes estuvieron de acuerdo en divorciarse.
"¿Por qué es importante que las personas lleguen a un divorcio voluntario? Porque ellos mismos son los que pactan la forma en que quieren divorciarse".
Balderas Alanís explica que la mayoría de las personas que se divorcian por mutuo consentimiento tienen hijos, entonces para el Estado lo más importante es que los derechos de los hijos queden muy bien salvaguardados.
"No porque la pareja diga: 'Me quiero divorciar', y hagan un convenio como les dé la gana, no significa que por eso voy a aceptar que se divorcien, porque mi principal responsabilidad es velar por los intereses de los niños", añade.
Un problema constante durante el proceso de divorcio es que la pareja no sabe separar el rol de esposos, que terminará con el divorcio, y el de padres, que siempre tendrán.
"Todos tenemos que comprender que la familia continúa, ya no somos marido y mujer, pero papá y mamá sí, hay niños, hay hijos", advierte la abogada Myrna González, especialista en derecho familiar.
Sergio, quien se divorció desde hace 21 años sin mucho conflicto, ve que en la mayoría de los casos los trámites son largos y tediosos porque hay una lucha de poder.
En su caso, cuenta, ambos tenían muy claro que su responsabilidad continuaría siendo la de proveedor y la de su ex esposa, quien se quedó con sus dos hijos, sería la de seguirlos cuidando.
"Lo que les recomiendo es mejor hacer un buen arreglo", recomienda.
"Arréglate lo más que puedas con tu pareja, negocia antes para que cuando llegues con la autoridad ya no tengas ese estira y afloja".
La Mediación
En el libro Mediación en el Divorcio. Una Alternativa para Evitar las Confrontaciones, sus autoras, las especialistas en trabajo social Bertha Mary Rodríguez Villa y María Teresa Padilla de Trainer, señalan que en ocasiones los juicios voluntarios duran años porque las parejas no reciben un apoyo adecuado o porque no están listas para negociar.
"Así, con las emociones a flor de piel, llegan a los juzgados a desahogarse y, como consecuencia, brotan los desacuerdos y el juez no aprueba el divorcio", indican en el libro.
"En el mismo caso estarían las parejas que dejan las negociaciones en manos de los abogados, ya sea por conveniencia o por incapacidad para hacer personalmente su conciliación de intereses y preocupaciones".
Para las parejas que no pueden llegar a acuerdos, existe la mediación, técnica que con la participación de un tercero, neutral, permite a las parejas negociar una separación sin dificultades.
Este proceso no sustituye al proceso jurídico sino que prepara a los cónyuges para evitar las confrontaciones, procura la solución de los asuntos prácticos de la separación y los ayuda a aceptar emocionalmente la separación.
González considera importante que los abogados que se dedican al derecho familiar tengan especialización en psicología y en mediación para ayudar mejor a sus clientes.
Hay que explicar bien, añade, cuáles son las situaciones jurídicas y cuáles son las situaciones humanas, y con base en eso tomar las decisiones.
"¿Qué necesidades tenemos? De educación, vestido, vacaciones... ¿En qué nivel socioeconómico nos encontramos y cuáles son las posibilidades del deudor? Del que va a pagar", explica.
"Todos van a tener cambios y reestructuras, pero tratar que no les afecte, tratar de que sigan teniendo el mismo nivel".
La trabajadora social Rodríguez Villa, formadora de mediadores desde hace 18 años, dice que a través de la mediación la gente se divorcia en mejores términos, más rápido y se cumplen mejor los acuerdos.
"La mediación busca el beneficio de todo el grupo familiar, buscamos que todos ganen, que tengan ventajas, principalmente los niños", explica.
Hablar con los hijos
Lo primero que deben hacer los papás es buscar un momento especial para hablar con los hijos, y decirles que se van a divorciar.
Pero una cosa es darles información y otra cosa es volver al hijo cómplice o psicólogo, advierte Rodríguez Villa.
"'Es que tu papá no me da el dinero', eso es lo que no se debe hacer; lo que sí es tenerlos al día de lo que está pasando porque todos los niños se dan cuenta, aunque sean chiquititos".
La mediadora señala tres hechos fundamentales que los hijos deben saber directamente de sus padres:
1. Que aunque sus padres se divorcien y vivan separados seguirán siendo su padre y su madre.
2. Que el divorcio no es culpa de ellos, sino se debe a la forma en que se relacionan sus padres.
3. Que la comunicación no se va a interrumpir porque sus padres estarán siempre disponibles, aunque no vivan en el mismo lugar y aunque haya otras personas en la vida de cada uno.
Por el vínculo padres-hijo
Éstas son algunas recomendaciones para mantener el vínculo padre-hijo ante un divorcio:
• Los niños necesitan que ambos padres los escuchen con paciencia.
• Los niños requieren tiempo especial con cada uno de sus padres.
• Es importante evitar que los niños estén presentes cuando los padres discuten.
• Permitir que los niños participen en el proceso familiar de toma de decisiones.
• No insistir en sacarles información porque los niños son leales a ambos padres.
• Los padres tienen que fomentar el amor y respeto.
• Hacer los cambios poco a poco. Una nueva pareja puede impactar a los niños; apresurar esa situación resulta un error.
• No pretender que la nueva pareja sustituya al padre ausente.
• No descalificar al padre ausente y no disculparlo.
Andrea Menchaca. El Norte.com. 23/5/2011
"Malos divorcios golpean a hijos"
Monterrey, Nuevo León. No hay divorcio sencillo... Experimentar el fin de una relación que en algún momento significó la realización de un sueño y el inicio de un proyecto de vida siempre causa dolor, tanto en la pareja como en los hijos.
Sin embargo, hay hombres y mujeres que hacen de esta separación una experiencia todavía más amarga, convirtiendo el proceso legal en una guerra sin cuartel donde usan a los hijos como arma de batalla.
Al hacerlo cometen un acto totalmente opuesto a su obligación paterna de protección a los hijos: los dañan emocionalmente y/o los desamparan económicamente, convirtiéndolos en las principales víctimas del rompimiento.
1.- El Registro Civil de Nuevo León tiene registrados 4 mil 636 divorcios en 2005. Para el 2010 la cifra subió a 5 mil 961, lo que significa que los divorcios aumentaron un 28.5 por ciento en sólo cinco años.
De acuerdo con la Encuesta Dinámica Familiar en Nuevo León, publicada recientemente por el DIF Nuevo León y la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la UANL, las tasas de divorcio se han triplicado.
Y es que han pasado de 6.3 divorcios por cada 100 matrimonios en 1999, a 24.4 divorcios por 100 matrimonios en el 2008.
Pero más allá de los fríos números, existe la parte humana dentro de este fenómeno.
"Nosotros nos damos cuenta de que muchos que se casaron y tienen hijos los utilizan, hacen partido y eso es muy grave porque psicológicamente afecta la madurez de los hijos", señala Ernesto David González Muñoz, Vicario Judicial del Tribunal Eclesiástico de Monterrey.
A la abogada Sandra Garza Cavazos, directora del Centro Jurídico Gratuito de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, también le preocupa la tremenda manipulación de los hijos, el egoísmo y el carácter trágico que se dan en algunos casos de divorcio.
"No hay recato, no hay prudencia, ni siquiera buenas intenciones", expresa la especialista en derecho familiar. No es el caso de 'me voy a divorciar, pero intentaré que afecte lo menos posible a mis hijos o a nosotros', nada de eso".
Hay frases, dice, Garza Cavazos, que se han vuelto comunes: "Mi ex conmigo no habla y me manda los recados a través de mi hijo", "si te vienes a vivir conmigo, vas a tener todo", "me tienes que informar con quién habla y qué hace tu mamá".
Los colegios son otros testigos de los fuertes enfrentamientos entre las parejas.
Han visto al padre abofetear a la madre en la entrada de la primaria; al padre de la niña que mandó arrestar a su ex esposa en la salida del colegio; hasta el caso de la madre que prefirió cambiar a su hijo a una escuela pública porque su ex marido no lo llevaba al colegio como habían acordado, aunque en realidad a ella le quedaba de paso a su trabajo.
"Los papás quieren utilizar la institución como ring", señala la directora de un colegio de la Ciudad, quien pidió el anonimato al contar estas historias.
"Las mamás nos hablan y nos dicen: 'No se puede ir con su papá'. Ahí es cuando tenemos que pedir asesorías legales porque como institución no podemos prohibirle al padre de familia el recoger a su hijo, a menos que exista un oficio que diga que no puede hacerlo".
2.- María tardó 10 años en poder divorciarse porque su esposo se había ido a Estados Unidos a vivir con otra mujer.
Cuando él se dio cuenta de que ella quería el divorcio le dejó de dar la poca pensión que le mandaba, pero la situación se agravó cuando en sus visitas a Monterrey ella se negaba a tener relaciones sexuales con él. Entonces, dejó de ayudar a sus hijas.
"Se llenó de rencor hacia mí, esto lo manifestó en una de mis hijas poniéndola en contra mía. Fue un infierno vivir todo eso. Mi hija tenía 14 años; me gritaba que a mí no me quería, sólo a su papá, y en otras dos ocasiones se fue de la casa", cuenta la mujer de 52 años.
"Con mi hija mayor trataba de hacer lo mismo, y al ver que no tenía la respuesta que él deseaba se negó a apoyarla en sus estudios. Con la niña pequeña fue peor aún, a ella no la apoya en nada absolutamente. Ella tiene ahora 14 años".
La abogada Myrna González, especialista en derecho familiar, señala que es irreparable el daño que el niño sufre al no saber lo qué está pasando entre sus papás, cómo debe convivir, quién tiene la culpa, por qué están molestos o por qué uno habla mal del otro.
"Ves desde problemas escolares hasta una agresividad tremenda. He tenido niños que destruyen los autos de los vecinos, quiebran los vidrios", añade la también maestra en psicología.
3.- Ante esta situación, desde hace tres años, Garza Cavazos agrega en los convenios de divorcio la claúsula de Síndrome de Alineación Parental (SAP), para que la pareja entienda lo que puede llegar a suceder si ponen al hijo en contra del otro padre.
La psicoterapeuta Rosario González explica que el SAP es una dinámica que se presenta en las familias en casos de separación o divorcio cuando a uno de los padres le es difícil separarse de la pareja y toma al hijo como aliado en contra del otro progenitor.
Esto, precisa, por razones de psicopatología de uno de los miembros o por cuestiones culturales familiares o sociales.
El SAP es un término que el psiquiatra Richard A. Gardner, profesor de la Universidad de Columbia, acuñó en 1985.
"En el estudio que realizó en casos de divorcios conflictivos o destructivos se refirió al conjunto de síntomas que resultan del proceso por el cual un progenitor, mediante distintas estrategias, transforma la conciencia de sus hijos con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor, hasta hacerla contradictoria", añade González.
Una característica determinante, indica, es que no hay sentimiento de culpa por parte del hijo acerca de las acciones de denigración y alejamiento hacia el padre, y tampoco le preocupan los sentimientos del padre odiado.
Pero ¿qué va a pasar con esos hijos que han aprendido a devaluar al papá o a la mamá?
"No están midiendo la psicopatología grave que está causando, el daño psicológico tan grande, desde una psicopatía, una psicosis o un trastorno de personalidad grave", advierte la psicoterapeuta especialista en familia y pareja.
Un injusto castigo infantil
Aunque no todos los hijos son proclives a padecer el Síndrome de Alineación Parental, los niños también pueden sufrir de otras formas:
EL NIÑO HIPERMADURO
Aparenta una madurez superior, pero en realidad sufre por no atreverse a expresar sus sentimientos para que sus padres no se preocupen al saber que le está afectando la separación.
EL NIÑO ESPÍA
Se le bombardea con preguntas sobre el otro progenitor haciéndolo entrar en conflictos de lealtad porque sabe que puede desagradar al padre con su respuesta o causar un conflicto entre ellos.
EL NIÑO COLCHÓN
Amortigua el conflicto entre sus padres, soportando descalificaciones y desvalorarizaciones de uno contra el otro, sin delatarles en ningún momento.
EL NIÑO DIVIDIDO
Intenta negar la existencia de su relación con un padre frente al otro, lo que lo hace llevar una doble vida.
EL NIÑO CONFIDENTE
Escuchan los problemas de un padre y se sienten culpables y traidores ante el otro progenitor porque tienen una información que les afecta y que ellos ocultan.
EL NIÑO MENSAJERO
Sirve para transmitirse mensajes de un padre a otro y viceversa.
Fuente: Rosario González, psicoterapeuta.
Andrea Menchaca. El Norte.com. 22/5/2011
